Sero: electrizante cuenta regresiva

En un par de meses habrá algunos argentinos que a pesar de utilizar un auto ya no estarán pendientes por hipotéticos aumentos de la nafta. Aunque lo que tendrán que mirar entonces será la factura de la luz. El dato de que el consumo para poner en marcha el nuevo vehículo es menor que el de una plancha borrará, al menos, esa preocupación.

Los responsables de Sero, el primer vehículo eléctrico que se fabricará en el país, trabajan contrarreloj. Los planes son concluir la preserie en febrero y empezar la comercialización entre marzo y abril.

Lo primero que aclaran Pablo e Iván Naya (padre e hijo, y gestores de la idea inicial), y Sebastián Da Dalt (se define como el brazo industrial del proyecto) es que lo que se está armando en la planta de Villa Luzuriaga es "movilidad alternativa".

"No somos competencia para un auto. Esto es movilidad alternativa, no puede desarrollar ni alta velocidad -la máxima es 45 km/h- ni tiene autonomía para recorrer grandes distancias -dependiendo del uso entre 60 y 70 km-, no puede circular por rutas ni autopistas. Es lo que en Europa denominan microcars. A mediados de los 70 eran con motores térmicos y desde hace unos años empezó a desarrollarse la movilidad eléctrica. Es un medio de transporte ideal para las ciudades porque no contamina y es pequeño (con lo que se simplifica el problema del estacionamiento)", explica Naya.

Director de una concesionaria de autos desde hace más de 20 años, aprovechó los reiterados viajes laborales al Viejo Continente como inspiración. Fue en 2010 cuando empezó a dar vuelta en su cabeza la idea de fabricar algo similar a lo que veía en las calles de las grandes ciudades europeas en la Argentina. Dos años después logró ingresar los prototipos en el país y entonces arrancó el desarrollo formal de Sero, un vehículo que no mide más de 2,5 m, tiene capacidad para dos personas y, por ahora, tres versiones diferentes: con baúl, tipo camioneta y con media puerta. La batería se recarga enchufándolo a un toma normal y recupera la carga total entre 5 y 7 horas.

"Si bien el diseño es italiano, hicimos un desarrollo propio (llevamos invertidos algo más de US$ 4 millones) y luego llegamos a un acuerdo con Da Dalt para producirlo en su planta de motos", comenta Naya, que admite que los tiempos se dilataron más de lo planeado en buena medida por razones burocráticas.

Desde 2012 -cuando arrancó el proyecto-, las trabas para operar en comercio internacional en el país no dejaron de multiplicarse. El...

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