Serena, entre el gusto y la obligación

Son días especiales para el tenis en nuestro país; en especial, para la rama femenina, que contará con una protagonista singular. La Argentina se dará el lujo de recibir este fin de semana en Pilar a Serena Williams, la número 1 del mundo y flamante campeona del Abierto de Australia, en una serie por el Grupo Mundial II de la Fed Cup, el equivalente a la Copa Davis. Un desembarco notable, en el que convergen, por un lado, la muy buena impresión que Serena y Venus, su hermana mayor y actualmente 11» del ranking, se llevaron de su paso previo por la Argentina -vinieron en noviembre de 2013 para dar una exhibición en el Buenos Aires-, y por el otro, la obligación de tener que jugar este certamen para poder acudir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. "Estoy muy entusiasmada por este regreso a Buenos Aires. La primera vez que vinimos con Venus la pasamos muy bien; de la exhibición recuerdo que jugamos con unos chicos con capacidades diferentes y fue algo que disfrutamos; pudimos pasear un poco por la ciudad, ir de shopping y visitar lugares, y nos gustó mucho. No habíamos estado antes, y para Venus y para mí fue una linda experiencia, por eso también nos entusiasmó la posibilidad de volver", destacó Serena ayer.

Pero, acaso, la razón ineludible es la obligación de representar a los Estados Unidos en un nuevo Juego Olímpico, luego de la cita de Londres 2012, en la que Serena obtuvo el oro en singles y dobles (con Venus, con quien también ganó el oro por pareja en 2000 y 2008). El reglamento establece que ingresan de modo directo las 56 mejores jugadoras del ranking del 6 de junio de 2016 (seis semanas antes de Río), pero también establece que cada jugadora tiene que "estar en regla con su Federación Nacional". Y expresa que debe haber jugado para su país (o al menos haber estado disponible y no haber sido designada) por la Copa Davis o la Fed Cup en tres oportunidades durante el ciclo entre el final de Londres 2012 y el comienzo de Río 2016, y siempre que una de esas tres ocasiones haya sido en 2015 o 2016. En este contexto, a Serena no le quedaba mucho margen de maniobra, ya que desde Londres hasta aquí sólo había jugado una serie, en abril de 2013, frente a Suecia. A la N° 1 le quedaba también la opción de no jugar y solicitar una invitación especial, que muy probablemente se le otorgaría por su condición de estrella del deporte y campeona olímpica, pero de todos modos Serena soslayó el descanso tras su éxito en Melbourne y desembarcó...