Sencillez, cercanía y carisma

Ella fue la primera sorprendida. "No saben lo importante que es esto para mí", dijo cuando apenas había comenzado el concierto, algo perpleja y visiblemente conmovida. "Es como cantar bajo un cielo con estrellas."

No importó en ese momento que antes se hubiese presentado en grandes escenarios de Londres, Madrid y Nueva York. De pie en el proscenio de la majestuosa sala del Teatro Colón, sabía que estaba viviendo un momento culminante de una carrera plagada de éxitos internacionales.

Elena Roger eligió mantener un trato cercano con la audiencia. Lejos de cualquier divismo, sencilla y carismática, en varios pasajes se permitió alguna mínima teatralización y unas breves líneas de humor. El tono de su presentación fue cercano y cálido, como si pronto hubiese decidido que debía estrechar la distancia con el público y quitarse de encima la solemnidad y el peso de una actuación que casi desde el principio pareció consagratoria.

Apenas encendió la chispa de ese vínculo -cuando atacó un set dedicado a Mina que concluyó...