El Senado, un refugio en el que busca respaldos

El vicepresidente Amado Boudou se sintió ayer envuelto en el calor del respaldo del Gobierno, del que hacía mucho tiempo no gozaba y sostener que no piensa dejar su cargo.Sin embargo, Boudou también sabe desde hace tiempo que su carrera política, a la que alguna vez imaginó pletórica de éxitos, está dañada de manera irrevocable por el escándalo Ciccone y que su fecha de vencimiento, 10 de diciembre de 2015, se acerca de manera inexorable.En esa encrucijada transita el vicepresidente en estos días: lastimado en el frente judicial, pero necesitado de mantenerse firme en su cargo hasta el último minuto de su mandato.Así pasa sus días gira en torno a su función de institucional de vicepresidente de la Nación. Es el Senado, del cual es presidente, su coto de caza, donde pasa la mayor parte del tiempo. Allí está su despacho y allí es donde aún mantiene cierto grado de autoridad (su firma es fundamental para el funcionamiento del cuerpo).En definitiva, es la Cámara alta uno de los pocos espacios en los que Boudou aún puede sentirse dueño de su tiempo y de sus actos.Ayer mismo, poco después de salir a defender su inocencia por los medios, el vicepresidente viajó con destino a El Salvador, donde asistirá en representación de Cristina Kirchner a la ceremonia de asunción de Salvador Sánchez Cerén como nuevo presidente de ése país centroamericano. Además, hace dos semanas encabezó la delegación argentina que participó del Foro de Doha (Qatar).El Senado es también el lugar que aún le permite mantener cierto nivel de roce con la política, contacto que ha ido perdiendo con el paulatino cierre de las puertas de la Casa Rosada que sufre desde que su nombre quedó ligado a la causa Ciccone.Además de presidir las sesiones, Boudou también encabeza las reuniones de Labor Parlamentaria, donde se definen los temarios de las sesiones. Allí no sólo habla con senadores oficialistas, sino que también mantiene cordiales relaciones con representantes de la oposición. Muchos de esos legisladores han salido en las últimas horas a reclamarle que alejara del cargo.Menos gravitaciónPor otra parte, al enfriamiento de su relación con la Presidenta, que así le hace sentir su enojo por sus errores en el caso Ciccone, el vicepresidente le suma una nítida pérdida de influencia en el Gobierno.El golpe más duro vino de la mano de la llegada de Axel Kicillof al Ministerio de Economía. Su antecesor en el cargo, Hernán Lorenzino, mantenía...

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