Una semana frenética en la Casa más importante del país

De la devastación a la falsa calma. De allí a la tormenta, el huracán y al día después. Todo en una semana que, en rigor, en la Casa Rosada, pareció tener mucho más que cinco días. La intensidad de cada jornada desde la derrota electoral del último domingo estuvo marcada por dardos cruzados, funcionarios con las emociones a flor de piel y la certeza de que ya nada pudo seguir como estaba.

Las 21:30 del último domingo señalaron el inicio de la cuenta regresiva rumbo a la mayor crisis política del gobierno nacional desde su asunción en diciembre de 2019. A esa hora se dieron a conocer los datos de las elecciones primarias de medio término en la que se dio una demoledora derrota del oficialismo, que lo dejó al borde del abismo. El quiebre y pase de facturas entre el presidente Alberto Fernández y la vice, Cristina Kirchner, se tornaba una realidad cada vez más palpable, pero aún faltaban horas para dimensionar la magnitud de esa grieta interna.

La devastación marcó la jornada del lunes en la Casa Rosada, en medio de una Buenos Aires que amaneció fría y gélida, casi como un espejo de lo que sucedía adentro. Las caras y humores de los funcionarios, sin distinción de rango, daban cuenta de eso. "Irreversible", era la palabra con la que varios de ellos auguraban el escenario en las urnas en noviembre próximo. "Se puede achicar la diferencia, pero no dar vuelta", completaban otros. También estaban quienes iban más allá y se animaban a hablar en voz alta del miedo a lo que puede pasar en 2023. Otros preferían, o ni alcanzaban, a verbalizarlo. Por entonces todavía eran protagonistas la campaña y los candidatos que, golpeados, preferían evitar entrevistas con medios no oficialistas tras una derrota incómoda aún en territorios siempre favorables al justicialismo.

La crisis política invadió Balcarce 50 y todo fue reuniones, versiones y dardos cruzados con el Patio de las Palmeras como escenario

Cómo se reconfiguraría los próximos dos meses de campaña y algunas medidas a anunciarse era parte de lo que se empezaba a hablar en las horas siguientes. Ante la latente posibilidad de cambios, desde el albertismo le bajaban el precio al impacto real que podía tener en la realidad. En varios despachos afines se prefería apuntar a la responsabilidad de La Cámpora en la derrota electoral. Del otro lado pensaban que los cambios eran tan necesarios como, a esa altura, tardíos. Los dardos se cruzaban cada vez más seguido, fuerte y bien dirigidos.

El martes fue un día...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR