Una semana crítica, un escenario complejo

El lunes a la noche, después de declarar durante ocho horas, salió a comer con algunos de sus allegados y les transmitió una doble sensación. Por un lado, alivio, porque había tenido la oportunidad de darle al juez su visión del , y el clima que hubo fue amable. Por el otro, preocupación, porque había reafirmado su convicción de que el magistrado se encamina a procesarlo.Es más, viendo el ritmo que está tomando la causa, en su entorno creen que el juez hasta podría ir a juicio oral el año próximo, en coincidencia con la campaña.Al día siguiente, recibió una llamada que esperaba ansioso: de la Casa Rosada le confirmaron que estaba invitado al acto que ese día encabezaba para inaugurar un Museo de Malvinas. Era el gesto que le confirmaba que seguía estandoBoudou apostó entonces a dar un paso inédito: otorgar una entrevista en TN, del Grupo Clarín. Fue una idea de él, que hizo sondear con la Presidenta, vía . Quería saber si semejante atrevimiento también estaba comprendido por la recomendación de Cristina Kirchner para que saliera a defenderse en público. Como no recibió una señal negativa, avanzó. Tenía una vieja relación con el periodista Marcelo Zlotogwiazda de sus épocas de ministro de Economía, que le resultó funcional para el caso.El vicepresidente también quería demostrar que puede hablar con un medio no oficialista y enviar señales hacia el frente interno, un activo que si se complica su situación judicial podría aprovechar con más determinación.Su presentación fue seguida con sumo interés desde distintos despachos oficiales, y no sólo del gobierno nacional.Funcionarios de la administración bonaerense escucharon con atención sus declaraciones. Para entonces ya sabían que cuando Boudou había hablado de los "machos del off" no sólo se refería al ministro Florencio Randazzo, blanco habitual del vicepresidente.También apuntaba a Daniel Scioli, de quien desconfía por sus relaciones con la empresa Boldt, que fue...