La segunda luna de miel de Macri y la soledad de Cristina

Mientras Cristina Kirchner ya no sólo intenta resistir los embates de la Justicia, sino también los de cada vez más dirigentes y gobernadores del propio peronismo que sueñan con verla derrotada en las urnas, Mauricio Macri se prepara para disfrutar de una segunda luna de miel. La primavera macrista asistirá a un florecimiento de mandatarios provinciales y legisladores de la oposición no kirchnerista y de no pocos sindicalistas dispuestos a anudar acuerdos de gobernabilidad, que permitan avanzar en reformas pendientes.

Junto a las encuestas favorables para el acto electoral del próximo domingo, al Gobierno ha vuelto a sonreírle la economía. La calificadora Moody’s anunció que podría mejorar la nota de la Argentina. Aumenta la confianza del consumidor, por primera vez hay indicadores de que crece el consumo y señales de un boom del crédito hipotecario, una suerte de remake del voto cuota que tantas alegrías electorales les dio en otros tiempos a menemistas y kirchneristas.

Los pronósticos preelectorales sobre la futura composición del Congreso indican que, desde el 10 de diciembre, Cambiemos pasaría de sus 81 diputados actuales a alrededor de 105 sobre un total de 257, en tanto que sus 15 senadores de hoy se convertirían en 24, un tercio del cuerpo. Seguiría dependiendo de sectores de la oposición para sancionar leyes, pero necesitaría bastantes menos aliados que hoy.

Otro dato clave se destaca en la Casa Rosada: de confirmarse ese crecimiento parlamentario del oficialismo, la oposición casi no tendría posibilidades de rechazar el veto presidencial de leyes que no sean del agrado de Macri. La Constitución establece que las cámaras legislativas sólo podrán forzar al Poder Ejecutivo a promulgar un proyecto de ley vetado si insisten en él con dos tercios de los votos.

El interrogante es qué estará dispuesto a hacer el Presidente con su nuevo caudal de poder. “Lo peor que podría hacer Macri es kirchnerizarse. Con garrotazos no va a atraer a ningún gobernador peronista, especialmente a dos años de una elección presidencial”, advierten legisladores del llamado peronismo republicano, que aspiran a ver a Cristina Kirchner lo más lejos posible de los centros de decisión.

Varios de esos dirigentes justicialistas, como los jefes de los bloques del Senado, Miguel Ángel Pichetto, y de Diputados, Diego Bossio, han tendido puentes con el Gobierno. Exhiben su acuerdo con un blanqueo laboral y con dar un debate profundo sobre una reforma tributaria. El propio...

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