Sed de justicia en tiempos de recesión

Hay jueces que admiten haber interpretado un mensaje movilizante en el discurso que Ricardo Lorenzetti dio en el acto de apertura del año judicial, hace tres semanas. "Es urgente una política de Estado que involucre a los tres poderes para terminar con la impunidad", les dijo ese día el presidente de la Corte Suprema. El dedo en la llaga, pero al mismo tiempo una orden liberadora para casi todos ellos: será el único modo de explicar, razonan, la concatenación de avances en las causas que involucran al kirchnerismo. Jorge Asís acaba de llamar a estas coincidencias "colección de presos de otoño".

Lorenzetti no sólo habló en público, sino que decodificó esa exhortación en conversaciones privadas con magistrados. Se está frente a una nueva etapa, les transmitió, porque la propagación de aquel discurso como política de Estado, que reforzó ayer durante el homenaje a Julio Strassera con un "Nunca más" para la impunidad, les dará sustento a las próximas decisiones de la Justicia en la lucha contra la corrupción.

Fue como un intento corporativo de autoprotección hacia lo que viene. Por cuestiones de montos, plazos y sofisticación, el kirchnerismo suele ser señalado por la mayor parte de los empresarios que interactuaron con el Estado como el gobierno más corrupto en la democracia argentina, incluido el de Carlos Menem.

Pero, aun con razones más que valederas para investigar, la velocidad de trabajo que han adquirido algunos jueces federales incomoda ahora a ministros del Gobierno, que se sonrojan ante lo que parecen instrucciones del Poder Ejecutivo al Judicial. En realidad, ya la única señal que en la Casa Rosada admiten haberles dado a los magistrados es de por sí lo suficientemente clara: "Hagan su trabajo".

Terminado el miedo al kirchnerismo, el nuevo relacionamiento permitió ver el miércoles en los diarios a Lázaro Báez esposado por detrás, cual delincuente atrapado corriendo en la vía pública, y no por delante y con las manos tapadas, lo habitual en los traslados de una unidad policial a otra. Esta cruzada de justicia no exenta de intereses que vienen siendo denunciados por la diputada Elisa Carrió le dio al Gobierno, de todos modos, un respiro en un año económico que el propio Palacio de Hacienda da por perdido: aun considerando las explicaciones que tendrá que dar Macri sobre su presencia en directorios de sociedades offshore -una aparición que ni sus colaboradores se animan a dar por terminada pero que no consideran ilegal-, la atención...

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