Secuelas del abolicionismo

Demasiados años de un garantismo mal entendido y llevado a su extremo han elevado exponencialmente el accionar de los delincuentes, para quienes hace mucho que las leyes dejaron de constituir un elemento disuasivo. A tal punto que la carrera delictiva puede incluso completarse sin más que una breve escala en prisión para graduarse con honores en este submundo criminal.Es en este contexto en el que hay que analizar que firmó recientemente la ministra de Seguridad, . El Gobierno proyecta también incluir esta cuestión en la reforma del Código Penal, que en su artículo 34 declararía "no punibles" a los integrantes de las fuerzas policiales y de seguridad que actúen "en cumplimiento del deber y utilizando sus armas de manera reglamentaria".En esencia, el protocolo propiciado por el Poder Ejecutivo Nacional sostiene que los efectivos de las fuerzas federales solo podrán emplear sus armas en cumplimiento de sus deberes cuando sea estrictamente necesario y resulten ineficaces otros medios no violentos. Por ejemplo:Obviamente, este protocolo solo podrá aplicarse a las fuerzas policiales y de seguridad del ámbito nacional, como la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Bullrich también invitó a las fuerzas provinciales a adoptarlo, pero por lo pronto, las autoridades de la provincia de Buenos Aires ya han optado por desechar su utilización.Es quizás en la población civil, sufrida y harta legión de víctimas de la delincuencia, donde la iniciativa ha despertado mayor consenso. Una encuesta de la consultora Poliarquía arrojó que seis de cada diez entrevistados se manifestaron de acuerdo con las medidas y en favor de otorgarle más atribuciones a la policía para luchar contra la delincuencia. El mismo sondeo, publicado una semana atrás por LA NACION, puso de manifiesto que el 59% de la población considera que la policía requiere más atribuciones para luchar contra la delincuencia, frente al 28% que sostuvo lo contrario.Una lectura apresurada o ideologizada propone ver en esas medidas un novedoso espaldarazo a los policías del gatillo fácil. Sin embargo, buena parte de ellas ya formaban parte de las reglamentaciones en vigor.Muchas críticas al protocolo anunciado desde el Ministerio de Seguridad se originan en una concepción, más abolicionista que garantista, inspirada entre otros por Raúl Eugenio Zaffaroni, quien postulaba un derecho penal mínimo como tránsito hacia una utopía abolicionista del sistema...

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