La secta del horror. Pablo Salum cuenta cómo entró, lo que sufrió y cómo escapó de la Escuela de Yoga que aún tiene a su familia

Pablo Salum

Pablo Salum tenía 14 años cuando hizo la primera denuncia sobre las aberraciones que se escondían detrás de la actividad de la Escuela de Yoga Buenos Aires, la secta desbaratada el fin de semana en un megaoperativo que la Superintendencia de Investigaciones Federales bautizó "Secta Sociedad Anónima". Sabe quiénes son muchos de los 19 detenidos y de los cinco sobre los cuales pesan pedidos de captura internacional como integrantes de la organización con base en la Argentina, pero que también operaba en Estados Unidos.

Se espera que hoy el juez federal Ariel Lijo y la fiscal Alejandra Mangano comiencen a indagar a Juan Percowicz , el líder de la secta, el hombre de 84 años que se hacía llamar "Maestro" o "Ángel", el hombre que se creía por encima del resto de los mortales.

La organización está acusada, entre otros delitos, de trata de personas con reducción a la servidumbre mediante la coerción. Sumaban gente con el argumento de que tenían remedios para "los males del SIDA y las drogas" y que trabajaban para "el desarrollo de la felicidad".

Reclutaban fieles, "alumnos", los iniciaban y les cobraban para darles acceso a la palabra del líder, a la promesa de felicidad y bienestar, a pertenecer al "círculo". Los obligaban a cortar con los lazos familiares, pero también a ceder bienes y propiedades (en los allanamientos, a los líderes de la secta les secuestraron 186 títulos de propiedad) , y a pagar, incluso, vendiendo el cuerpo por dinero. Hasta a los niños cooptaban, y los obligaban a despertar sexualmente en manos, incluso, de sus propios padres. Eso dicen las denuncias; eso intenta dar por probado la Justicia.

Como es común en la actividad de las sectas: se trata de construir y acumular poder, y de hacer dinero, mucho dinero. Ese dinero captado por medios abyectos era canalizado hacia el circuito legal, por ejemplo, a través de fundaciones locales y creadas en el extranjero.

Manejaban fortunas. Solo en los procedimientos realizados por la Policía Federal durante el fin de semana se incautaron 1.130.454 dólares, 1.638.532 pesos, 1000 libras esterlinas, 100 euros, 52 monedas de oro (1,850 kilos de ese metal precioso), un kilo en monedas de plata, además de una flamante camioneta Ford Bronco (que estaba en la casa de Percowicz en un barrio privado de Benavídez y tiene un valor de mercado de $8.900.000) y 300 historias clínicas de posibles "pacientes" de la secta.

Hoy Salum tiene 44 años y, en diálogo con LA NACION, asegura que no...

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