Secretos y traiciones de la histórica sesión por el aborto
Silvia Lospennato se quedó petrificada. Con el pelo revuelto por una siesta improvisada en un sillón, había entrado como un zombi en las oficinas de la presidencia de la Cámara de Diputados, único territorio que permanecía neutral a las 5 de la madrugada del jueves. Al abrir la puerta del despacho de , lo encontró conversando, alrededor de una mesa ratona con tapa de vidrio, con dos caciques del ejército enemigo: y Se callaron de golpe. Sin mover un músculo de la cara, ella les clavó la mirada, dio media vuelta y salió.
Fue una de las postales secretas de una noche helada, plagada de sorpresas, intrigas y traición. Promotores y detractores de la se enfrentaron en una guerra de nervios, en la que cada voto se peleó hasta el final. Esas batallas subterráneas fueron determinantes para el compartía con otras diputadas de diferentes bloques: las capitanas del ejército verde.
¿Qué se cocinaba en el despacho de Monzó? Lospennato se enteró minutos después en el recinto. "Estoy preocupado por la seguridad. La gente que viene a trabajar al centro se va a encontrar con la manifestación", le transmitió Montenegro, con gesto adusto. El pedido concreto era que bajaran la lista de oradores, con cuarenta inscriptos, para que se votara antes del amanecer.
Monzó también intentó persuadirla: le dijo que ya estaban los votos para que Ella hizo cuentas con sus compañeras. Los números no les daban. Respondió con un contragolpe: "Si están preocupados por la seguridad, levanten a dos diputados para la votación. Si no, votamos a las 10, con 200.000 mujeres en la calle". En ese instante, , la trotskista Romina del Plá, y las kirchneristas Mayra Mendoza y Mónica Macha salían a la calle para dar una instrucción a la militancia: "¡Convoquen a partir de las 7.30!".
Con los ojos hinchados, la radical Brenda Austin repasaba en su banca una planilla con los nombres de los 257 diputados. Los detractores del proyecto, "los celestes", habían conseguido un triunfo clave a las 3.55. Después de coquetear con el voto positivo durante más de 16 horas, el tucumano Facundo Garretón anunció que votaría en contra.
La noticia cayó como una bomba. Lospennato había agotado todos los recursos: cerca de la medianoche le escribió al jefe de Gabinete, , para que él le aclarara a Garretón que la ley no perjudicaba al Gobierno. "Si rompemos el compromiso de no meternos, rompemos muchas cosas más", le respondió Peña. Minutos después insistió el radical . "Confío en nuestros líderes...
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