Scioli-Zannini, un mes de buena convivencia, pero distante

Dejó de ser Scioli para convertirse simplemente en Daniel. Así hablan en el Casa Rosada del gobernador bonaerense en este mes de idilio entre el candidato presidencial y Cristina Kirchner. Ellos dicen que el que cambió fue él.

Puertas adentro, la relación todavía sigue siendo distante aunque lejos, lejísimo, de la tensión de otros tiempos. Como si estuvieran reconquistándose, cada espacio mide al otro con algún nivel de desconfianza que intentan quebrar a fuerza de reuniones, charlas, invitaciones y empatías.

La campaña quedó al mando completo del equipo del gobernador, que cree haber encontrado la manera de interpretar los deseos de la Presidenta y su núcleo duro. Verla aplaudirlo de pie ante frases como "ni un paso atrás", del vocabulario ultrakirchneristas en boca de Scioli, es consecuencia de esa lógica en la que se acomodó el lenguaje del bonaerense.

Hacia adentro, Cristina y Scioli hablan más seguido que antes, pero no volvieron a reunirse a solas desde la tarde del 16 de junio en la que en la quinta de Olivos, la Presidenta le comunicó que había pensado en Carlos Zannini para que lo acompañara en la fórmula.

La logística de comunicación pasa por un intermediario exclusivo: el secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" De Pedro, el hombre que más cerca había estado del gobernador en la previa a la decisión que terminó tomando Cristina.

Es él quien recibe las dudas de Scioli ante ciertos temas, el que está al tanto de la campaña, el que aporta sugerencias y el que conoce hasta el último detalle de la agenda del bonaerense.

Zannini, por ahora, se acercó de a poco, como quien espía a un desconocido. En el búnker sciolista sostienen que las reuniones son constantes. Pero los encuentros se dan de manera ocasional, en general, cuando ambos van juntos a algún acto.

La foto que marca esa relación la hizo pública la Presidenta cuando difundió el interior del helicóptero presidencial en el que se la veía a ella con su fórmula, desde Rosario. Es el símbolo de cómo se dan hoy por hoy las charlas, más bien informales, camino a alguna actividad conjunta.

Para ver a Cristina, lo que hace Scioli es ir a los actos media hora antes del comienzo formal, y consultar ahí cualquier duda que tenga. Por ahora, refieren allegados al gobernador, no hizo falta una reunión más extensa. Scioli aprendió a leer la letra de Cristina, e interpreta su música.

Los encuentros públicos entre Zannini y Scioli fueron tres. El primero, en la Casa Rosada, al otro...

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