Scioli retoma su perfil moderado para captar votos

En el libro del relato kirchnerista, uno fue el responsable de la debacle económica más importante de la historia de nuestro país y el otro tuvo que soportar ser comparado con El Padrino, el personaje que el cineasta Francis Ford Coppola creó para escenificar a un capomafia. Carlos Menem y Eduardo Duhalde, dos de los ex presidentes más criticados por el Gobierno, son tratados con cariño y respeto por Daniel Scioli.

No se trata de hechos aislados, sino que son parte de los gestos de autonomía que el gobernador bonaerense acumuló las últimas dos semanas. Aunque resulte una paradoja, Scioli volvió a hacer sciolismo.

En ese listado también se destacan los llamados a Juan Schiaretti y Carlos Verna -tras sus triunfos en Córdoba y La Pampa, respectivamente-, el guiño a los mercados en su visita al Mercado de Valores (Merval) y la presencia de parte de su equipo en los festejos por el Día de la Independencia de Estados Unidos.

Además, participó de la entrega de los premios Fortuna, junto al periodista Jorge Fontevecchia; abrió un nuevo local partidario en el centro porteño -con el color naranja como predominante- y eligió a Ricardo Montaner para que cante el jingle de la campaña. Sciolismo en estado puro.

Es que Scioli cambió la estrategia. Pasó de un kirchnerismo ortodoxo a un discurso más moderado, acorde con su historia política y donde más cómodo se siente. Comenzó a abandonar el relato para la tropa propia y se focalizó en tratar de convencer a los votantes independientes, aquellos que aún no definieron su voto.

Con la confirmación de Zannini, integrante de la mesa chica de la Presidenta, como su acompañante y el "baño de humildad" que sufrió Florencio Randazzo, Scioli se despojó de la presión interna. Desde ese momento, los signos de emancipación se volvieron más frecuentes.

"Resuelta la instancia interna, ahora hay que hablarle al resto de la sociedad. La presencia de Zannini achicó la pecera. Los signos de autonomía son para pescar ahí, donde está la clase media", explicaron fuentes cercanas al mandatario provincial.

Estas licencias, que meses atrás hubieran generado una andanada de críticas del cristinismo, hoy son recibidas con docilidad.

"¿Escuchaste a alguien matarlo? Antes habría sido tremendo. Se ve que los compañeros que anteriormente dudaban ahora están convencidos", celebraron desde las oficinas del Banco Provincia en el centro porteño.

Según contó a LA NACION el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, "lo que cambió...

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