Sarmiento y una visión distorsionada

A lo largo de la historia de una comunidad, es lógico y natural que las distintas generaciones que la integren vayan haciendo sus propias lecturas de los hechos y de las personas que la protagonizaron. Sin embargo, siempre esos hechos y esas personas históricas deben ser comprendidos ante todo en el contexto en que vivieron y actuaron. De otra manera, se caería fácilmente en distorsiones injustas y a veces malintencionadas.

Domingo Faustino Sarmiento ha sido un personaje de la historia argentina alrededor del cual siempre ha habido debates de todo tipo, pero difícilmente se le pueda negar la dimensión que alcanzó como estadista y educador, y figura principal en la conformación de la República Argentina. Tanto incidió, que historiadores y educadores de distintas ideologías coinciden hoy en afirmar que sin Facundo o civilización y barbarie no se puede entender a la Argentina, además de sus valores artísticos, que fundan la literatura y el ensayo argentino modernos.

Por eso, no llama la atención que, una vez más, haya habido quienes, como las autoridades de la casa del Museo Sarmiento, en San Juan, se molestaran ante la versión estereotipada que de él se hizo en la serie de la cadena de televisión infantil Pakapaka El asombroso mundo de Zamba. Un Sarmiento siempre colérico, autoritario e impulsivo, es vencido en un concurso de preguntas y respuestas por un Facundo Quiroga que da la respuesta exacta de qué es un caudillo popular, por ejemplo.

La explicación que dio el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, no sirvió precisamente para terminar con los cuestionamientos.

Ese funcionario defendió la programación del canal infantil oficialista porque "Zamba se propone como disparador de preguntas y debates, busca acercarse a la historia con ojos de niño, con contradicciones, sin solemnidad", dijo...