San Antonio, cerca de la perfección y de ganar un nuevo anillo

MIAMI.- El desconcierto es el acierto. Los rostros sin comprender cómo es que el súper equipo, el bicampeón, Miami Heat, quedó de rodillas en su casa son la radiografía perfecta para comprender de lo que es capaz San Antonio Spurs. Y mucho más, porque el equipo texano no sabe de reglas. O sí, las suyas, las que hace propias y las eleva a la máxima expresión de este deporte. No le importan las imposiciones de las organizaciones: hay un plan trazado y todos van detrás de él. El equipo que conformó Gregg Popovich se burla de los millones de su rival de turno, no se deja intimidar por los estridentes nombres que le pongan por delante y simplemente ejecuta. Le pone belleza a su juego y en los dos últimos partidos en esta ciudad ofreció una clínica de básquetbol justamente ante The King LeBron James y toda su compañía. Los Spurs hacen ver sencillo algo que es muy complicado: entender el juego. Hasta permiten esgrimir argumentos para considerar que el MVP no debiera ser entregado a un jugador en particular, sino a todo el equipo. Porque San Antonio se aplica a esa prédica que alguna vez usó Alfredo Di Stéfano para el fútbol: "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos".El gesto contraído de Duncan, Parker o Manu Ginóbili, tras la victoria por 107-86 y que puso la serie 3-1, parecía el de un equipo golpeado. Pero nada de eso, la concentración era plena. "Sin vestigios de felicidad", había dicho Manu tras la primera victoria aquí. Y así sigue este equipo. Camina Pop por los lockers de sus dirigidos con un tranco complicado por algunos dolores en su cadera. No suelta palabra. Apenas toca la cabeza de algunos de sus muchachos y una pequeña mueca que parece una sonrisa se le escapa cuando abraza al bahiense. Nada de estadísticas que confundan. Nadie se permite aquí creer que esta historia está juzgada, ni se menciona que nadie ha vuelto de un 3-1 en contra en una final de la NBA y mucho menos que el quinto anillo de los Spurs aparece ahí, al alcance de la mano.No les importa a los Spurs lo que digan, no lo detienen las críticas. Porque muchos lo señalaban como aburrido, que no respetaba la estética del showtime de la NBA; sin embargo, quebró voluntades y todos hoy se rinden a sus pies. Se derriten todos, y no por el calor de Miami. Pero para Popovich no hay espacio para relajarse, por eso se lo ve atento a cómo están Kawhi Leonard y Danny Green, observa dónde está Patty Mills, qué hace Boris Diaw, cómo se viste Marco Belinelli... Porque ellos, los nombres menos...

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