Sale Prat-Gay entra Dujovne; a rey muerto, rey puesto

Esta nota no es sobre si me gustaba o no Alfonso Prat-Gay. Claramente pienso que sus ideas, más allá de correcciones obvias que comparto y que había que hacer para no terminar en crisis, no son las que el país necesita para salir de su decadencia casi secular.

Ésta es una nota sobre la renuncia de Prat-Gay y algo más. Vale analizar la gestión de Prat-Gay hacia adentro de Cambiemos. Eliminó el cepo sin una explosión del dólar (demostrándole a una sociedad descreída que la libertad no genera crisis), sacó al país de la ignominia de un default de casi 15 años, ayudó a la transparencia del Indec, hizo un exitosísimo blanqueo de más de US$ 90.000 millones (el doble que el de Brasil y casi cinco veces el chileno), junto con el Banco Central terminó 2016 con una inflación inferior al 1,6 o 1,7%, similar a la previa a la devaluación de diciembre de 2015, y por si fuera poco 2017 luce como un año de recuperación económica.

Prat-Gay era una persona con más logros que fracasos. Juan José Aranguren, luego del desastre que se hizo con la tarifas, sigue en su sillón de ministro de Energía. Ningún presidente se despide de un ministro con tantas cucardas. Insisto, para lo que es Cambiemos, salvo que los egos, las cuestiones de piel, de roces personales, hayan llegado a un punto sin retorno. Ahí yo no me meto porque no tengo ni idea de cómo funciona el famoso "equipo Cambiemos".

Políticamente hablando, es inentendible la renuncia de Prat-Gay, y más cuando el trío de los "superministros" compuesto por Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui dijeron a coro que no habrá cambios en las directrices de la política económica, que no viene ningún shock y que el gradualismo sigue siendo el tótem y la única alternativa -el endeudamiento- a las dos calamidades que dicen los macristas: el "ajustazo" o la hiperinflación (en este último caso, con toda la razón).

Que el Presidente lleve el desguace del Ministerio de Economía al extremo de que haya un ministro de Hacienda que a gatas decidirá el déficit fiscal y que después le tenga que ir a pedir a un par suyo, el ministro de Finanzas (Luis Caputo), que le financie el desequilibrio y a qué tasa luce ridículo. Y que el jefe de Gabinete diga en conferencia de prensa que el Presidente le pidió la renuncia a Prat-Gay, pero al mismo tiempo sigue como ministro hasta que asuma Nicolás Dujovne es poco serio.

Lo que comienza a trascender sobre los pasos que dará Dujovne es que va por una reforma impositiva y por una ley de...

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