Lo que hay que saber antes de que llegue el 10

Aunque la noticia de un nuevo Windows ya no despierta el entusiasmo de hace 8 o 10 años (entusiasmo que en su momento Microsoft se encargó de aplastar con el malhadado Vista), el trabajo diario de millones de personas depende de las decisiones de los programadores de la compañía cofundada por Bill Gates. En la semana, cuando supimos que Windows 10 ya tiene fecha de salida, las consultas empezaron a llegar a mi correo, Twitter y demás. Quedó claro que nada estaba del todo claro, así que hice un compilado de preguntas y respuestas.

¿En serio va a ser gratis? Sí, en serio. A partir del 29 de julio y durante un año (es decir, hasta el 29 de julio de 2016) será posible actualizar Windows 7 con Service Pack 1 (SP1) y Windows 8.1 a la versión 10 sin cargo.

Cuando le pregunté a Microsoft por qué esta actualización será gratis, me respondieron: "Por un lado queremos que todas las personas tengan la experiencia de Windows 10, usen sus nuevas funciones y características y disfruten de la experiencia. Por otro lado, queremos universalizar las aplicaciones. Queremos facilitarle el trabajo a los desarrolladores ayudando a enfocar sus esfuerzos en las apps y nosotros nos encargamos de que puedan usarse en todos los dispositivos (celulares, All In One, tablets, etcétera). Es también a través de ellos que llegamos a los consumidores".

Lo de los desarrolladores es y siempre fue clave para la prosperidad de una plataforma; lo demostró cabalmente Microsoft hace muchos años y Apple lo convirtió en un arte. Pero creo que hay otra explicación para este súbito ataque de generosidad: Microsoft necesita con urgencia asegurarse una buena base instalada del nuevo Windows. Primero, porque no puede darse el lujo de otro fracaso como el de Vista o un desempeño no del todo feliz, como el de Windows 8. Estos 12 meses sin cargo le garantizarán resultados rápidos y robustos para presentarles a los accionistas. Además, el modelo de distribución de software de los smartphones hizo encallar (si no acaso naufragar) el esquema en el que un nuevo sistema operativo costaba entre 100 y 200 dólares. Por eso, en Redmond han tomado la decisión de convertir a Windows en un servicio por suscripción. En mi opinión, no le quedan muchas alternativas; la desproporcionada longevidad de Windows XP, que pese a estar discontinuado todavía tiene un 16% por ciento del mercado, muestra que al sistema operativo de la computadora se lo da por sentado y lo cambiamos cuando no queda más remedio. O si...

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