Rosario y la ciencia

En momentos en que la ciudad de Rosario se encuentra tan tristemente asociada con el crimen y el narcotráfico, es muy alentador que se den a conocer hechos tan positivos como la puesta en marcha de un laboratorio que es orgullo para todo el país.

Hace un par de años se concretaron dos sucesos que significaron avances de verdadero relieve para el país. Uno fue la puesta en marcha del Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires, que tuvo el carácter de primer asociado con la entidad que, en Alemania, lleva el ilustre nombre de quien elaboró la teoría de los cuantos: Max Planck. En ese tiempo se sumó otro convenio por el cual la misma sociedad se vinculaba con la creación, en Rosario, de un Laboratorio de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular. Ambos institutos son los únicos en América latina que han merecido ese tan importante reconocimiento. La inauguración del segundo laboratorio se produjo hace pocos días en un acto de singular importancia.

A la apertura asistieron autoridades nacionales y el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Darío Maiorana; el director del flamante Laboratorio, Claudio Fernández; el embajador de Alemania en la Argentina, Bernhard Graf von Waldersee, y el doctor Christian Griesinger, director de los institutos Max Planck. Merece destacarse que fue el citado director del laboratorio quien, a poco de llegar por razones de estudio a Göttingen, universidad jerarquizada por la actividad de 47 premios Nobel, pidió una entrevista con el director de la sociedad Max Planck, con quien acordó el proyecto ahora materializado. El doctor Fernández regresó al país hace ocho años, retorno posibilitado por el plan Raíces, que ofreció la oportunidad de su repatriación.

Durante el acto inaugural, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, informó que la inversión del Estado en el área de Ciencia y Tecnología ha sido durante...