Roland Garros ganó la pelea: en París y con mayor espacio

Acaso la historia y la tradición, y el natural encanto de París, hayan sido los principales sostenes de Roland Garros en los últimos tiempos. El segundo Grand Slam ha demorado quizá más de la cuenta las remodelaciones para estar a la par de las mejoras ya realizadas por sus colegas de Grand Slam. El Abierto de Australia fue el que sacó enormes ventajas en cuanto a comodidades y ampliaciones en el predio de Melbourne Park; el aura de tradición no le impidió a Wimbledon hacer retoques para ofrecer elementos nuevos y distintivos en cada temporada, y hasta el US Open se decidió y comenzó la construcción –que avanza a pasos veloces– del techo corredizo de ese dinosaurio de cemento que es el estadio Arthur Ashe.

En los últimos días la alcaldesa de la ciudad de París, Anne Hidalgo, firmó el permiso de construcción por el cual se autoriza la ampliación del predio de Roland Garros. Gilbert Ysern, director del torneo, tiene la idea de comenzar los trabajos de remodelación antes de fin de año; los tiempos apremian. Una vez que el Arthur Ashe culmine sus tareas de techado y esté operativo, en agosto del año próximo, el abierto francés será el único Grand Slam que no contará al menos un estadio cerrado. Vale el recordatorio: Australia tiene tres (el Rod Laver, el Margaret Court Arena y el Hisense Arena); Wimbledon cuenta con techo corredizo en el court central y planea terminar la cubierta de la cancha 1 en 2019.

La decisión final en Francia la tomó el primer ministro Manuel Valls la semana pasada, a pesar del voto desfavorable del Consejo de París: "El Abierto de Francia es una enorme vitrina. Ofrece una imagen hermosa de París y de Francia. Tenemos en cuenta los requerimientos de la ecología, pero tenemos la voluntad de mejorar este torneo. Ya está hecho, ya está firmado, y la obra podrá comenzar muy rápidamente". Hay, en el horizonte, otra razón que ayudó en esta determinación, y es la voluntad de impulsar la candidatura de París para los Juegos Olímpicos de 2024. La ampliación de las obras prevé un presupuesto cercano a los 400 millones de euros. No debería haber problemas de financiación, si se tiene en cuenta que el torneo genera un movimiento de 290 millones de euros por año en la economía de París.

En realidad, el problema de la esperada remodelación de Roland Garros no estuvo centrado en el dinero, sino en la férrea oposición de grupos ecologistas y vecinos de la zona, disgustados con el avance de las obras sobre el bosque de Auteil que rodea...

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