Un robo inconcebible

Luego de cavar un túnel de 30 metros de longitud, una banda de boqueteros ha vuelto a dar un golpe de ribetes cinematográficos al saquear 136 cajas de seguridad de la sucursal del Banco Provincia en Cabildo y Echeverría, en pleno barrio de Belgrano.Pero lo que más llama la atención, y al mismo tiempo asusta, no ha sido el evidente profesionalismo de los asaltantes ni su audacia, sino el hecho de que, según repiten las crónicas con leves variaciones de fechas, las alarmas de seguridad del banco se activaron no una sino varias veces entre el 30 de diciembre y el 2 del corriente mes, y que a raíz de ello la Policía Federal fue alertada y concurrió a la entidad.¿Cómo es posible, entonces, que mientras sonaban las alarmas y la policía se hacía presente, aunque sin poder ingresar pues la entidad se encontraba cerrada por el fin de semana largo, los delincuentes hayan podido proseguir su labor hasta saquear los 136 cofres? ¿Qué más se requiere para impedir un robo de estas características? Las alarmas habrían sonado tanto en la comisaría 33a. como en la casa central del Banco Provincia.Se trata de la principal incógnita, y de una que alimenta las sospechas de una posible connivencia de empleados del banco o de la policía ?o de ambos? con los boqueteros, que explicaría lo inexplicable.El presidente del Banco Provincia, Guillermo Francos, informó ayer que la entidad ha iniciado su "propia investigación interna sobre las fallas que se pudieron haber cometido, porque está claro que las alarmas sonaron en la policía y en el banco". Igual que la investigación judicial, la del banco debe ser exhaustiva.Es preciso señalar también la extraña falta de reacción y la lentitud para brindar información por parte de las autoridades de la sucursal el lunes pasado, cuando se conoció el hecho ?los delincuentes habrían abandonado el banco con su botín poco después de las 6? y los clientes que poseen cofres en la sucursal comenzaron a amontonarse allí para intentar dilucidar si se contaban entre las víctimas. En esa oportunidad tuvieron que padecer un injusto maltrato, que se sumó a su natural angustia.Posteriormente, volvieron a ser victimizados cuando el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, anunció que profundizará los controles fiscales sobre los damnificados. Afortunadamente, Francos reaccionó con cordura al asegurar que "la relación del cliente con la caja de seguridad es propia, secreta y reservada", y consideró que "no es el momento para intranquilizar a los clientes...

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