Un robo argentino seduce a Hollywood

El preso se abalanza sobre el periodista, le rodea el cuello con el brazo y le apoya con fuerza el índice derecho en los riñones como si fuera el caño de su vieja pistola calibre 38. "No te asustes, pero así apretaba a los rehenes", le dice. El periodista se llama Rodolfo Palacios y el preso resulta ser uno de los protagonistas del cinematográfico robo al Banco Río de Acassuso: Beto es el hombre que entró disfrazado de médico, con delantal blanco, estetoscopio y peluca. Finalmente fue traicionado por su mujer cuando ella se enteró de que pensaba dejarla por una amante más joven. "Seguimos un libreto -confiesa Beto en el patio de la cárcel-. Hasta las amenazas eran actuadas. Incluso pedimos pizza para ganar tiempo. No queríamos lastimar a nadie. Era nuestro juramento. El arma que usé era de juguete. De mi pibe. Hubo dos policías que me pidieron autógrafos." Según varios expertos internacionales y muy especialmente Discovery Channel, que realizó un documental, ese golpe está entre los cuatro robos más espectaculares de la historia. "Lamento haberme hecho conocido de esta manera -le dice Beto a Rodolfo-. Pero con esto también le demostramos al mundo que los argentinos podemos hacer muchas cosas; somos buenos en todo." A nadie se le había ocurrido nunca simular un asalto con toma de rehenes, mantener ocupada a la policía afuera con falsas amenazas y escapar por un desagüe y a bordo de dos gomones con el suculento botín de varias cajas de seguridad. Una combinación de apócrifos atracadores y boqueteros en fuga, que dejó perplejos a los criminólogos.

Cuando uno lee Sin armas ni rencores, el nuevo libro de Palacios, debe luchar todo el tiempo con la admiración técnica que provoca la organización de ese plan ingenioso, y a la vez con la repulsa que causa un hecho con una tira de damnificados, aunque los ladrones juran que se habían entrenado en primeros auxilios y resucitaciones por si alguna persona sufría un percance, que el banco indemnizó con generosidad a todas las víctimas y que estaban a punto de devolverle la plata a un hombre que guardaba los ahorros para operar a su hijo: calculan que el Río se hizo cargo también de esa suma. Las personas de carne y hueso que sufren estos robos, claro está, no salen en las películas. Y esta historia parece destinada a la pantalla. Dicen que Sony estuvo evaluando comprar los derechos y que sus...

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