Roberto Martínez: 'Nunca es fácil cerrar una planta y creemos que tratamos a la gente muy bien'
Roberto Martínez, presidente de Pepsico Alimentos para Centroamérica, Caribe y Sudamérica, evita las declaraciones conflictivas. A poco más de un mes de haber cerrado su planta de Florida, en Vicente López, el ejecutivo argentino, sin embargo, no escapa a ninguna pregunta de LA NACION, a quien recibió en las oficinas de la empresa en Munro.
-Acaban de sufrir una fuerte crisis ¿Qué hicieron mal?
-Hace un tiempo que venimos trabajando en cómo seguimos creciendo en la Argentina. Analizamos las distintas avenidas y nos llevaron a entender que la planta de Florida era inviable, porque está el predio en una zona residencial, difícil de entrar con camiones, con una alta estructura de costos, y una imposibilidad física de seguir creciendo ahí. Si queremos seguir creciendo, que queremos, el lugar para hacerlo es en Mar Del Plata.
-¿Se hubieran animado con el Gobierno anterior?
-No es algo que se decide de la noche a la mañana. No hay un buen momento para cerrar. Buscamos otras alternativas, hasta que el negocio no aguantó más. Al mismo tiempo, tomamos la decisión de invertir y de generar empleo en Mar del Plata, en donde hemos generado en los últimos siete años más de 700 puestos, hemos invertido US$ 140 millones; en los últimos meses tomamos poco más de 80 personas. Seguimos invirtiendo.
-En retrospectiva, ¿qué harían distinto?
-Las consecuencias se hubiesen dado en un momento o en el otro. Nunca es fácil cerrar una planta. También creemos que tratamos a la gente de una forma muy buena, por encima de lo que exige la ley. Teníamos ahí a 691 personas: 155 fueron realocadas acá y en la planta de Barracas; lamentablemente, otras 536 personas se quedaron sin trabajo.
-Dijeron que el 85% había aceptado el plan de desvinculación?
-En el proceso de crisis, llamamos a cada uno de ellos, los citamos y les dimos apoyo psicológico para ellos y para sus familias. 455 firmaron la desvinculación. El procedimiento terminó el 6 de julio. Dimos un día más, porque los beneficios eran muchos: doble indemnización y se seguía pagando la obra social por seis meses. Pero no se presentó nadie y esas 81 personas quedaron afuera. Y el 10 de julio, conforme la ley, procedimos a despedirlos, bajo la indemnización de ley y con un telegrama, como marca la legislación en la Argentina.
-¿Cómo vivieron el desalojo de la planta?
-El predio es privado, la planta es propiedad de Pepsico, y hubo un pequeño grupo de gente, algunos ex empleados, que decidieron ingresar ilegalmente...
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