Le robaron y apareció muerto un día después

A las 8.40, la grúa llevó el VW Golf negro que estaba mal estacionado en Paseo Colón y Humberto I hasta la playa de infractores, en el bajo autopista de Constitución. Casi dos horas después, cuando lo desenganchaban, los acarreadores descubrieron que entre el asiento trasero, que estaba rebatido, y el baúl, había un cadáver.

Poco después, la policía confirmó que se trataba del cuerpo de Alejandro Scarzella, un vendedor de calzados de 53 años que había desaparecido el sábado, luego de que tres sujetos entraron con su llave a la casa en la que la víctima vivía con su madre, en Hurlingham, y se llevaron dinero, joyas y dos armas.

Anoche, la Justicia aún no había recibido el informe final de la autopsia. Pero fuentes judiciales y policiales confiaron que había sido asesinado a golpes entre 12 y 20 horas antes del hallazgo del cuerpo.

Scarzella, divorciado y con tres hijos, vivía en Isabel La Católica 1869. Según su Elba, su madre, de 78 años, tres hombres entraron con la llave de su hijo y le dijeron: "Le pasó algo a Alejandro y hay que darle un rescate de dinero que pide la policía". Ella les dijo dónde estaba la plata; ellos la empujaban y le tapaban la boca; hasta la obligaron a tomar "unas pastillitas" para mantenerla tranquila. El fiscal de Morón Sergio Dileo sospecha que a esa hora la víctima estaba cautiva. Los delincuentes escaparon con dinero, un reloj, un revólver de la víctima y uno de su padre.

La mujer -la única otra persona que tenía llaves de la casa, según ella misma precisó- no podía ubicar a su hijo en el celular e hizo la denuncia. Un grupo de amigos activó una búsqueda en Facebook.

Según testimonios de sus amigos, Scarzella estuvo hasta las 20.30 en una degustación de comidas en una plaza de Hurlingham cerca de su casa. A las 22.51 se conectó a WhatsApp. El celular se activó, más tarde, en Wilde, partido de...