Rob Nail: 'Las tecnologías pueden ser un catalizador para encarar los problemas sociales de formas nuevas'

Por poco no pudimos encontrarnos en Buenos Aires, cuando vino, a fines de octubre, para participar de . Ahora, cuando por fin nos ponemos en contacto, está en Amsterdam, nueve horas adelante de su uso horario habitual, en California, Estados Unidos. Rob Nail es el director ejecutivo y fundador asociado de la casa de estudios más futurista que uno pueda imaginar, Singularity University. Tanto, que fue cocreada en 2008 por Ray Kurweil, el hombre que anticipó que para 2045 la civlización llegará a la Singularidad Tecnológica y nuestra forma de vida cambiará radicalmente.

La idea en sí no es nueva. Fue el genial matemático John von Neumann, que desarrolló, entre otros, el concepto de la computadora digital, quien acuñó el término para nombrar un instante de la historia al que se llegará luego de un proceso de aceleración cada vez mayor de la tecnología y más allá del cual los asuntos humanos no podrán continuar tal como los conocemos.

El planteo es que habrá un punto en que la inteligencia artificial superará a la humana, produciendo cambios que, por lo tanto, hoy no somos capaces de prever; no podemos saber qué hay más allá de la Singularidad. De hecho, si las máquinas llegan un día a ser más inteligentes que nosotros podrán ocurrírseles inventos que nosotros nunca imaginamos. Elon Musk, el fundador de Tesla Motors, que fabrica autos eléctricos en Estados Unidos, advirtió hace poco sobre los riesgos de la inteligencia artificial. "Es potencialmente más peligrosa que las bombas atómicas", escribió en un tuit. Y luego, en otro, más apocalíptico, puso: "Espero que no seamos tan sólo el gestor de arranque orgánico de una superinteligencia digital. Por desgracia, eso es cada vez más posible".

La mirada de la universidad que dirige Nail es, sin embargo, optimista y se propone concientizar a los líderes de la sociedad global sobre lo que llaman tecnologías exponenciales. Es decir, las que están acelerando el progreso técnico y, quizá, lanzándonos a la singularidad vaticinada por Kurzweil. En cualquier caso, si el futurólogo tiene razón, estamos a escasos 30 años de ese evento que cambiaría la historia de la civilización.

Suena excéntrico, pero la Singularity University ha conseguido patrocinadores sin par. Funciona en el aeródromo federal de Moffet, en California, Estados Unidos, que es operado por la NASA, y entre las compañías que apoyan su trabajo están Genentech, Autodesk, Google, Nokia, Cisco, ePlanet Capital y la Fundación Ewin Marion Kauffman.

Nail, por su parte, es un ingeniero con varias especialidades: mecánico en ciencia de los materiales y en manufactura, se especializó en robótica y en 1999 fundó la compañía Velocity11, que fue adquirida por Agilent Technologies -nacida del gigante HP- en 2007. Entonces Nail cambió de posición y entró como gerente general a una corporación. En 2009 renunció y se fue a surfear. Pasarían todavía otros dos años hasta que lo nombraran director ejecutivo de Singularity University.

-¿Cuál es la misión de la Singularity...

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