River se sigue buscando

Apoco más de un mes de haber vuelto de Japón, River no se encuentra. El regreso futbolístico se le está haciendo más largo que haber cubierto el trayecto a las antípodas. Hay conciencia del extravío, lo reconoció Gallardo durante la semana: "Hay que empezar a renovarnos y volver a las fuentes de lo que somos como equipo". Desde que obtuvo la Suruga Bank, trofeo que levantó antes de que se cumpliera una semana de haber conquistado la Copa Libertadores, el nivel bajó y los resultados se le torcieron: tres derrotas, dos empates y un triunfo (un 4-1 a Nueva Chicago exagerado de acuerdo con lo que fue el desarrollo).

Por primera vez desde que Gallardo es el director técnico, River transita por una competencia sin posibilidades de pelear por el título. Lejos de una crisis, aun habiendo perdido con Boca, sin urgencias por la lógica tolerancia y comprensión que le transmiten los hinchas, River toma este momento como una transición para hacer algunos replanteos.

En ese intento por retomar la esencia futbolística de algún tiempo atrás, Gallardo disolvió ayer el doble pivote Kranevitter-Ponzio que le fue útil en varias batallas coperas. La formación, por nombres, era una apuesta por jugadores más técnicos, al juntar a Pisculichi, Viudez y Bertolo. En medio de todo esto, el plantel está sometido a algunos recambios, de los cuales, por ahora, no sale favorecido. Si la zurda de Ariel Rojas se extraña en días como ayer, cuando se vuelve a poner el acento en la pelota, la agresividad defensiva y empuje que transmitía Funes no se advierten en este Álvarez Balanta inseguro y con tendencia a perder la marca.

Los refuerzos todavía no levantan el potencial del equipo. Bertolo no se parece en nada al extremo profundo y desequilibrante que era en Banfield. Apenas llegó se desgarró. Recuperado físicamente, sus participaciones son intrascendentes, no incide en ataque y, producto de su desorientación, le cometió por imprudente un penal a Acosta que no fue sancionado. Viudez, que tan bien impresionó en su debut en Paraguay por la Copa Libertadores, no siguió en esa línea a partir de que al poco tiempo se desgarró. Sus reapariciones fueron intermitentes, con algunos apagones perjudiciales, como la pelota que ayer perdió en el círculo central y obligó a Balanta a frenar con foul al juvenil paraguayo Almirón. De ese tiro libre, Aguirre sacó un zurdazo de su repertorio, tan tremendo como la floja lectura que Barovero hizo de la ejecución. Lanús se ponía 1-0 ante un rival...

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