River siempre encuentra un buen refugio en su esencia

LA PLATA.- Estudiantes cometió el mismo error que los últimos rivales: dejó que River se despabilara. No pudo ni tuvo tiempo para rematarlo y el equipo de Núñez, tocado en su orgullo, con las orejas ardientes, construyó otra victoria decisiva, ahora por la Copa Sudamericana. Esperan que se caiga, que la fatiga lo deje en el suelo, pero River sostiene el aliento en la doble competencia. Será cierto eso que dice el Muñeco Gallardo, entonces, de que mantenerse erguido no es una presión, sino un estímulo.

La revancha será el jueves próximo. El vencedor se medirá con Boca o Cerro Porteño, de Paraguay, que hoy abrirán su llave. River avanzará a las semifinales hasta con una caída por 1-0 en el Monumental. Como si le hiciera falta algo más...

Hay un gran mérito en River, que cuando ve los nubarrones en un partido se refugia en su más pura esencia. Toca y toca. Supera las equivocaciones, elude los baches y se encarrila sin traicionar sus convicciones. Así le pasó frente a Estudiantes, con la responsabilidad de un duelo internacional. Una falla propia, la de Funes Mori, le condicionó el partido. Fue un impacto duro, pero supo cómo superarlo sin correrse ni un centímetro de sus parámetros.

A quién favorecería el terreno resbaladizo era uno de los puntos para develar. En realidad, en la teoría, los dos podrían sentirse cómodos por la verticalidad de las propuestas y por la rápida transición por el medio campo. Ninguno cambió la idea original, pese a las obstáculos que planteó la naturaleza.

El equipo platense estuvo más preciso y punzante en el primer tiempo. River no hizo pie y estuvo cerca de la caída con un controvertido anticipo de Barovero a Román Martínez, que en esa jugada quedó sentido por el golpe en el peroné derecho y que debió ser reemplazado -por Auzqui- minutos después. Dio la impresión de que el arquero llegó un segundo tarde y que le cometió penal al volante de Estudiantes. Abal creyó lo contrario.

Los millonarios no se sintieron cómodos. Intuían que algo andaba mal. Fue como si les hubieran apretado los botines. No se sintieron cómodos. Tampoco estuvieron en paz con sus ideas. Fueron momentos en los que se quedaron a mitad de camino. Como Funes Mori, que en una mala salida perdió la pelota con Vera. El uruguayo se escapó directo al gol en el tiempo adicionado.

Si algo demostró River durante el campeonato local fue que no suele caerse ante la adversidad. Y tampoco lo hizo en La Plata. Reaccionó demasiado rápido, no bien volvió del...

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