Cuando Riquelme está en su eje, nada parece imposible

En el primer paso, en la primera mirada, en el primer gesto y en la primera indicación se puede advertir qué va a pasar. Cuando se desplaza comienza a enviar señales. Cuando pone el balón debajo de sus pies impone condiciones. Todos se encomiendan a él y responde en consecuencia. Se siente cómodo e interpreta lo que pide el momento de Boca como ninguno y eso se traduce en su juego. Sus ganas son el motor de la ilusión, de su impronta se alimenta el sueño de la triple corona. Cuando Juan Román Riquelme está en su eje nada parece imposible para el conjunto xeneize y por eso sigue en la cima del Clausura.Cvitanich no dudó y lo señaló después de la asistencia del N° 10 que le permitió marcar el segundo gol del partido. Insaurralde salió corriendo a festejar su gol y después de todos los abrazos, también fue a buscar a Román, que envió un balón al área con la rosca justa para que el defensor sólo tuviese que poner la cabeza. Y Mouche... Salió como siempre pensando en festejar su gol, pero advirtió que había sido el capitán de Boca el que le había permitido quedar sólo frente a Ibáñez. Por eso cortó la corrida y se subió a caballito de Riquelme y celebraron juntos el último gol."Jugamos un buen partido, ganamos claramente, la estamos pasando bien. Es mejor jugar al fútbol que participar de los entrenamientos. Seguimos con chances, no estamos haciendo nada raro, sólo disfrutar de jugar a la pelota. Estamos cerca y lejos a la vez del objetivo, puede ser un semestre muy bueno, pero también nos podemos quedar sin nada"...

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