Richard Ford: 'Amo a los Estados Unidos, pero es difícil...'

MADRID.-Richard Ford se siente un novelista predestinado. Es disléxico, estudió Letras porque era la carrera en la que lo aceptaron, se dedicó durante años a oficios poco creativos, fracasó como periodista. A los 40, desempleado y en crisis, se entregó de cuerpo entero a su imaginación.

"Si no hubiera fallado en todo lo demás, nunca habría sido un escritor. Está claro que había algo vocacional detrás de esas frustraciones", dice hoy, tres décadas después del vuelco en su vida que significó El periodista deportivo, el libro consagratorio en el que presentó al mundo a su personaje fetiche, Frank Bascombe.

Ford habla por teléfono con LA NACION desde Nueva Orleans, donde ayer se enteró de que había ganado el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016, uno de los máximos reconocimientos a la carrera de un escritor que se entregan en el mundo hispano y que se suma a una lista de distinciones que incluye dos Pulitzer, un Pen/Faulkner y un Femina.

"Es maravilloso sentir que no he desperdiciado mi tiempo con la literatura", bromea. Los premios -dice- son un honor, pero más que nada como un "subproducto de algo mayor: tener lectores".

Está claro que es algo que no le falta al autor, nacido hace 72 años en Jackson, Mississippi, la tierra de Faulkner. Su lenguaje áspero, minimalista, en apariencia frío, alumbró algunas de las narraciones más vivas de la cultura, la gente y la política actual de Estados Unidos. Ford escribe con un bisturí que no deja cicatrices.

El jurado del Princesa de Asturias valoró su "cuidado detallismo en las descripciones, la mirada sombría y densa sobre la vida cotidiana de seres anónimos e invisibles", así como "la desolación y la emoción" que transmiten los cuentos y novelas en los que respira "el mosaico de historias cruzadas que es la sociedad norteamericana".

Destacó sobre todo la creación del inolvidable Bascombe, novelista frustrado, periodista, agente inmobiliario y finalmente jubilado a través del cual Ford se valió para contar Estados Unidos. Desde El periodista deportivo (1986) hasta la reciente colección de novelas cortas Francamente, Frank (2014), pasando por El día de la independencia (1995) y Acción de gracias (2006).

El Princesa de Asturias -creado en 1981- otorga al ganador 50.000 euros y una escultura de Joan Miró. A Ford lo impulsaron el español Antonio Muñoz Molina y el irlandés John Banville. Se impuso en la última ronda de votación al poeta polaco Adam Zagajewski. En la nómina de finalistas figuraban...

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