Pérez-Reverte: 'Los estúpidos causan más daño que los malvados'

Las armas de las que se valen sus personajes para dejar huella han cambiado. De la espada del valiente Capitán Alatriste al aerosol del grafitero Sniper han pasado muchos años y sucesos en la vida del escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte. Sin embargo, el reconocido autor español dejó en claro ayer que hay un arma que no está dispuesto a deponer jamás: la palabra.De la mano del también escritor, y periodista de LA NACION Jorge Fernández Díaz, Pérez-Reverte presentó ayer su última novela, El francotirador paciente (Alfaguara), en una sala colmada de público que que mantiene con él. Y que seguirá, como el propio escritor de 62 años confirmó, por muchos años más porque no le pasa ni cerca la idea de dejar de escribir."Intento con desesperación -dijo-. Cada nuevo libro que escribo, irme con los grafiteros, enamorarme o jugar a enamorarme, tropezar en la calle con la gente, oír sus logros o miserias, observar, es como ser joven otra vez. Con cada novela que emprendo espero retrasar al máximo el momento en que sea viejo de verdad. Confío mantener esa decadencia, que llegará, lo más lejana posible".Y también hay, en el acto de seguir escribiendo, algo de resistencia. Curtido cronista de guerra, agudo observador y crítico de la realidad, Pérez-Reverte es poco optimista a la hora de ver la actualidad. "Vivimos en el crepúsculo del mundo. El mundo en el que hemos sido educados, con libros y bibliotecas, se acabó. La gente ya no lee ni un libro electrónico, va en el metro matando marcianos o mandando WhatsApp -se lamentó-. La tendencia hoy es a la chatura conceptual, que es un síntoma de este final del mundo. Mi obligación es procurar retrasar al máximo este final inevitable, mantener a los bárbaros a raya, aunque la gente está fascinada con estos bárbaros."Por eso, para Pérez-Reverte lo más peligroso que ha dado la humanidad no son los villanos, sino los estúpidos. "Lo peor del ser humano es la estupidez. Es el peor enemigo, los estúpidos causan más daño que los malvados. ¿Por qué? Porque la estupidez nos deja indefensos ante la realidad. Poco a poco nos vamos suicidando, no escuchamos las señales que nos da el mundo. Es con esta visión que escribo mis libros", dijo y enseguida, ante la súplica de Fernández Díaz de dar un mensaje un poco más optimista, aclaró: "Pero los estúpidos mueren primero, la vida es justa, después de todo".En este ida y vuelta planteado entre Pérez-Reverte y Fernández Díaz, que además son grandes amigos, surgió lo más jugoso...

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