Revanchas de la política y la economía

El muy alto precio de la soja es la refutación del relato, que atribuye a la crisis mundial la fuerte retracción de la economía argentina. Es cierto que los precios actuales no repercutirán aquí en el acto, pero el valor internacional de los alimentos se mantuvo siempre en niveles elevados. En ese mundo que le está dando al país una nueva oportunidad, la economía argentina se parece, sin embargo, a la del recesivo año 2009. Es la consecuencia de una dirección económica errática e incierta. De la misma manera, el peronismo comienza a moverse para establecer una solución política y electoral propia, al margen del kirchnerismo. Es la consecuencia del estilo político.Más allá de las victorias y derrotas de la vieja resolución 125, el espíritu de ella ha triunfado. Impuestos nacionales, provinciales y municipales han terminado por reducir de manera significativa la renta agropecuaria. Ese fue el eje del duro discurso de ayer del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati. A pesar de todo, ningún problema se resolvió. El país ingresó en el segundo semestre del año en recesión, con el crecimiento del PBI bajo cero. El promedio del primer semestre fue directamente cero. Sólo una fuerte desconfianza puede explicar que haya caído notablemente la venta de maquinarias agrícolas en un clima mundial todavía generoso con la producción de alimentos.La caída de la construcción ha sido muy importante, pero más importante fue el derrumbe de las importaciones de bienes de capital (cayó casi un 40 por ciento en el segundo trimestre). Esta es la mejor prueba de que la inversión huye de la Argentina de los Kirchner. Desde la estatización de YPF, la inversión se desplomó. No fueron actos de solidaridad con Repsol (esas cosas no suceden casi nunca en el mundo de los negocios), sino el común temor a la guillotina. El caso Repsol marcó un camino para el kirchnerismo: prohibición para repatriar utilidades, primero, y luego confiscación de la principal empresa del país. La proscripción del dólar y la reciente y directa intervención estatal en la industria petrolera están desalentando cualquier proyecto de inversión. Así, los Kirchner dejarán un país con una fuerte desinversión y dependiente durante muchos años de las importaciones de combustibles.La Presidenta habla dos o tres veces por semana, pero nunca nombra la inflación. Nunca informa, siquiera, de que está enterada de la existencia de ese cruel fenómeno. La inflación ronda ahora el 25 por ciento anual, según la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR