Y resulta que al final Alberto era Albertito

A se la ha criticado siempre por tener un dedo mocho para elegir candidatos. No hay nada que hacerle: necesariamente la pifia. Primero fue la designación de Boudou como su compañero de fórmula en 2011. El muchachito fashion que se iba todos los años a esquiar a Aspen tardaría 10 minutos en chorearse desde los viáticos de sus viajes hasta la fábrica de billetes. Después, la de Aníbal Fernández para pelear por la gobernación de Buenos Aires. Desechar al Flaco Randazzo y quedarse con la Morsa, que cuando le piden un curriculum entrega su prontuario, le debe de doler a la señora hasta el día de hoy. El podio se completa con Zannini como vice de Scioli: una fórmula con menos química que la tabla de multiplicar. Ahora, para quitarse ese estigma, se hizo acompañar por . Gran decisión. Como ella sola no ganaba, para descristinizar la propuesta llamó al más lúcido de sus críticos. Alta jugada. Salvo por un detalle: el que está fallando es Alberto. Era un buen jefe de campaña (fue el ideólogo de Sinceramente) y ahora es un mal candidato. Cris, vas a tener que hacer algo. Albertamente te lo digo.El principal escollo que el elegido por el dedo mocho no puede superar son los videos de su anterior vida. Reconozco que, en la era de las redes, es difícil luchar contra eso. Todos los días aparece uno nuevo en el que fulmina a Cristina con una paleta de argumentos que no ha tenido nunca ni Macri, ni Carrió, ni Massa (perdón, Sergio: juro que te incluí en la lista por un descuido). La trata de corrupta, inútil, soberbia, mezquina, pendenciera, arbitraria, autoritaria y patética, y no sigo porque tengo miedo de que Durán Barba mande viralizar la columna.Alberto no está encontrando la forma de conjurar ese maleficio. Bueno, ese archivo. Y tampoco muestra dominio del timing. Se saca una foto con Kicillof en pleno furor del video de las frutas, casi tan lapidario como el cajón de Herminio Iglesias. Debería haber escapado de Kichi no por sus escasas nociones de fruticultura, sino por chambón: en dos minutos cometió 14 errores. Tampoco lo favorece la foto de anteayer con Schiaretti. El gobernador de Córdoba aparece mirándolo con desdén, con el mismo desdén que reflejó después en un comunicado, y a Alberto se lo ve apichonado y mustio, casi tan mustio como las naranjas, o mandarinas, que compra Kichi.Lo peor de Alberto es que se está poniendo nervioso. Después de proclamar urbi et orbi que, en las antípodas de su jefa, venía a instaurar una nueva relación con los...

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