Restos de otras vidas

BAGHOUZ, Siria.- Nosotros nos despertamos, encaramos cada día, nos angustiamos por lo que toca, abrazamos a nuestros hijos, agradecemos que la noche llegue y con ella el descanso. Mientras tanto, Siria continúa allí. Vamos y venimos, hacemos agenda, desesperamos la rutinaria ansiedad de cada día. Sin saber -o apenas sabiendo- que sobre ellos, los que nacieron y aún viven en Siria, insiste una crueldad ya sin nombre.Y qué importa de quién huyen o hacia qué refugio van la mujer y el niño de la foto. La tierra que pisan es cercana a Baghouz, territorio de fuego, sangre y ofensiva...

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