Un respiro antes de volver a la vorágine de nombres y decisiones

CIUDAD DE MÉXICO.- Alberto Fernández quedó maravillado con el Palacio Nacional, la colonial sede del gobierno mexicano, en la que estuvo el lunes durante más de tres horas junto al presidente Andrés Manuel López Obrador. "¡Y yo que pensaba que la Rosada era linda!", bromeó, pensando en su inminente destino, todavía anonadado por los inmensos murales de Diego Rivera que ocupan buena parte de las galerías del edificio gubernamental.Satisfecho por su visita de cinco días, la primera como presidente electo. Inquieto por la "no transición" con el macrismo y ya pensando en los nombres y las medidas que signarán los primeros días de su inminente gobierno. Con esas dos sensaciones volvió ayer al país el presidente electo.Más allá de su reunión con el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, en un vip del aeropuerto de Ezeiza, la cabeza de Fernández vuela una y otra vez hacia la integración del gabinete, la política económica, las alianzas con la oposición y el equilibrio interno que necesitará encontrar para lograr respaldo inicial y continuado. "Falta muy poco", repite, aunque sin rastros aparentes de ansiedad.La extensa reunión del lunes con López Obrador, donde hablaron de negocios y de la "unidad latinoamericana", fue una de las postales que más lo alegraron. También la conferencia magistral del martes en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde recibió el calor incondicional de militantes kirchneristas y partidarios y funcionarios del presidente mexicano. En lo personal, disfrutó de su extensa "zapada" conjunta con al cantautor uruguayo Jorge Drexler y se quedó con ganas de conocer la casa dónde vivió León Trotsky.La "sorpresa" que venía anunciando a sus propios funcionarios y periodistas sin dar detalles llegó el miércoles, cuando Mauricio Claver-Carone, el influyente director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la administración Trump, llegó de manera sigilosa al hotel donde se hospedaba.La charla incluyó consultas sobre la postura ante la situación en Venezuela, la posibilidad de que EE.UU. colabore con la negociación con el FMI y los conflictos sociales en diferentes puntos de América Latina. "Le conté lo que pienso de Venezuela", rememoró después Fernández, que está en las antípodas del pedido público de Claver-Carone para que Nicolás Maduro "entregue el poder" y se presente luego a elecciones. ¿Una forma de condicionar al nuevo presidente argentino?"Los yankees son así, no van a cambiar por...

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