Más respeto por el campo

La nota dominante de mayor actualidad en la actividad agrícola, y no precisamente alentadora, concierne a la exorbitancia de los costos. Su magnitud hace imposible la producción en áreas que habían sido aprovechadas por años para los cultivos y en otras que, al encontrarse lejos de zonas portuarias, deben afrontar precios por transporte fuera de escala para las empresas agropecuarias.

En las tres presidencias del matrimonio Kirchner, ha sido creciente la hostilidad política hacia el campo, uno de los sectores que con más dignidad se han plantado ante la discrecionalidad y la insolencia del trato con las cuales el elenco oficial marcó un estilo en casi 12 años.

El kirchnerismo ha sido un movimiento de fractura en la sociedad argentina. Ha pretendido dividirlo todo, siguiendo los consejos trasnochados de ideólogos para quienes la conquista y preservación del poder justifica cualquier medio de acción y el lanzamiento, a troche y moche, de imputaciones inverosímiles contra quienes se le oponen, como si nadie debiera quedar fuera de un sucio espejo. Algo así como la política de Herodes, la figura bíblica que el papa Francisco acaba de caracterizar como ese hombre de poder que sólo puede ver en el otro a un rival.

Han caído los precios de las principales commodities agrícolas. Comparados con los valores al 30 de diciembre último, la soja para la venta en mayo próximo, mes decisivo de la presente campaña, ha descendido el 15%, en tanto que el maíz, en la posición abril de la nueva cosecha, lo ha hecho en más del 12%.

Con una inflación anual que orilla el 40%, según las estimaciones más verosímiles, que no son las del Indec, el peso se ha depreciado en términos oficiales, entre diciembre de 2013 y diciembre de 2014, sólo el 32%, aumentando el atraso cambiario y perjudicando nuestras exportaciones. En ese mismo período, un insumo vital como el gasoil se incrementó el 49%, mientras el valor de la tonelada de trigo descendió de 225 a 140 dólares.

En un documento reciente, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA) denunció que la participación del Estado en la renta agrícola ha subido al 83,4% respecto del 81,7% correspondiente a la medición de septiembre último y del 73,6% de diciembre de 2013. Por participación del Estado se entiende la suma de los derechos de exportación (retenciones), los impuestos nacionales y provinciales, y los costos provocados por una intervención regulatoria que agrega, al peso muerto de su carga, la...

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