Respetar el Derecho Internacional Humanitario

AutorSilvano Tomasi

Señora presidenta,

  1. Los desastres naturales y los causados por el hombre afectan a millones de personas cada año y ninguna región del mundo se libra de ellos. En particular, los conflictos armados crónicos han devastado las sociedades en varias partes del mundo, con innumerables víctimas civiles. La Santa Sede, por tanto, acoge el presente diálogo humanitario como una oportunidad para subrayar una vez más los continuos retos y la exigencia de una respuesta globalizada eficaz y coherente, guiadas por directrices políticas como son la solidaridad y la promoción de la dignidad de todos. De esta forma, el derecho de las personas, de sus familias y de sus comunidades en la asistencia humanitaria, y el de quienes proporcionan esta asistencia a llegar sin impedimentos donde estas personas necesitadas de cuidados sociales, físicos y espirituales básicos, adquiere un fundamento sólido y una motivación a actuar. A pesar de que, por ejemplo, en el año 2008 se haya asistido a una disminución del número de los refugiados, más de 10 millones de hombres, mujeres y niños viven aún en campos de refugiados, y más de 26 millones continúan siendo desplazados interiormente a causa de conflictos pasados y recientes, por falta de seguridad y persecuciones. Los demandantes de asilo, los migrantes irregulares, las personas desarraigadas que intentan sobrevivir y las víctimas de los desastres naturales y de los cambios climáticos están confinadas en centenares de centros de detención y en campos improvisados. Aun alejadas de los reflectores de los medios de comunicación, estas situaciones insostenibles dan vía libre a un inconmensurable dolor físico, mental, emotivo y espiritual y llegan a lacerar el tejido social, y a destruir familias y comunidades, comprometiendo la reconciliación y amenazando la vida de miles de civiles inocentes.

  2. La responsabilidad principal de proteger la vida de los civiles corresponde ante todo a las autoridades nacionales y a las partes implicadas en un conflicto armado. Mientras la comunidad internacional intenta prevenir el estallido de conflictos, es imprescindible que todas las partes reconozcan su propia responsabilidad de proteger la vida de los civiles en las áreas bajo su jurisdicción o bajo su control, y cumplan y respeten plenamente las normas y los principios del derecho humanitario internacional, entre las cuales las relativas a la protección del personal humanitario y la posibilidad de llegar sin impedimentos hasta las personas necesitadas. Además, en las áreas afectadas por los desastres naturales, los Estados deben comprometerse en promover y permitir el acceso a medidas dirigidas a salvar vidas, sin usarlas para un control político o para obtener una garantía política de impunidad por la violación de los derechos humanos. El bien común debería ser el principio guía y el derecho...

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