Las represas de Cambiemos

El embajador argentino en China, Diego Guelar, afirmó recientemente que la construcción de las represas en Santa Cruz continuará normalmente.

Al parecer, el gobierno de Mauricio Macri relanzará en los próximos días el megaemprendimiento más emblemático de la era kirchnerista que será financiado por la República Popular China y su construcción estará a cargo de Electroingeniería y la empresa china Gezhouba.

Es una noticia que cuesta creer. Junto con el más inmoral de los proyectos heredados, hemos aceptado el legado de una metodología discrecional que creíamos haber dejado en el pasado cuando el hastío llevó a la coalición de Cambiemos al poder.

La afirmación del embajador argentino en China -no el embajador de China en nuestro país- sugiere que no hay debate posible. El optimismo contradice las numerosas y fundadas sospechas que ha generado esa obra rodeada de hechos que revelarían una corrupción escandalosa y que no resulta prioritaria frente a, por lo menos, una veintena de proyectos hidroeléctricos que serían más eficientes. La obstinación por continuar su construcción ignora, además, la férrea oposición de grupos y entidades ambientalistas que alertaron sobre las consecuencias de afectar el último río de origen glaciar que corre virgen por la estepa patagónica, con impactos sobre su estuario, especies vulnerables y vestigios arqueológicos y paleontológicos.

Ante eso, la respuesta del Ministerio de Energía y Minería fue sugestiva: si tienen un proyecto superador, preséntenlo. Lo inquietante es que, a casi un año de haber asumido el poder, el emprendimiento ha dejado de pertenecer a la "década ganada" para recrearse como propio. La simple aseveración de que "se retomará la construcción de las represas" confirma lo que ha venido sosteniendo el kirchnerismo en sus largos años de gobierno: la evaluación de impacto ambiental es una pieza de museo que se acomoda según el visitante de turno.

En esta columna editorial hemos destacado que resultaba imprescindible que la nueva administración nacional analizara la construcción de esas represas en detalle antes de que fuera demasiado tarde, porque el proyecto sintetiza todo lo que esta sociedad soportó hasta el hartazgo de la gestión presidencial anterior: discrecionalidad en el momento de tomar decisiones, ausencia de información, nula participación ciudadana en el proceso de análisis de la obra, oscurantismo en materia de acuerdos internacionales, abolición de la transparencia, desastrosa...

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