Cristóbal Repetto: 'Con Santaolalla sabemos de dónde venimos'

"Qué puede llevar a una compañía como Sony a promocionar un disco de un cantor que hace milongas? ¿Qué puede llevar al productor más importante de América latina, ganador de dos Oscar, a fijar los ojos en un artista? Sólo un cantante singular como Cristóbal Repetto (35), con una voz que parece inmemorial y una condición de rara avis en el panorama musical provoca la extraña atención de una major y la fascinación de un productor avezado como Gustavo Santaolalla, que lo transformó en uno de sus protegidos.Cuando apareció, su voz de radio Spika, que parecía evocar el fantasma de Gardel, causó impacto y lo rodeó de un aura enigmática. Esto lo llevó a girar por los escenarios y festivales de world music más importantes del mundo, como el Womad (creado por Peter Gabriel) y La Mar de Músicas, en los Pirineos, a donde nunca había llegado el tango. "Hace diez años algunos jóvenes me tomaron como un personaje freak por mi forma de cantar, pero lo que hacía era verdadero. Por suerte, Santaolalla vio eso. En mi forma de cantar el tango había una síntesis de lo criollo y de lo urbano. Buscaba que el mensaje trascendiera el sonido", recuerda el cantor de aquella primera experiencia, cuando apareció como una de las atracciones del colectivo rioplatense Bajofondo Tango Club, con los que editó su primer disco.Repetto tenía entonces 24 años y un futuro promisorio. De la noche a la mañana, desapareció: se mudó a Maipú para volver a encontrar el ritmo natural de su vida. Después de diez años de haber sorprendido con aquel disco debut de tangos, el cantor regresa con el álbum Tiempo y silencio, otro original disco introspectivo de pureza neta como un cuadro de Rothko, con paisajes criollos, sonoridad folklórica y espíritu pampeano grabado en su pago natal, bajo la producción de Gustavo Santaolla y Aníbal Kerpel.El álbum, que ofrece la maravilla de un arte olvidado y minimalista como la milonga, tiene esa pulsión de amaneceres en la llanura pampeana, la atmósfera del pago chico y el espíritu de la travesía de De Ushuaia a la Quiaca: un proyecto que entre 1985 y 1986 recorrió miles de kilómetros para grabar a glorias del folklore en su lugar. Kerpel y Santaolalla, el mismo equipo del mítico disco, viajó hasta Maipú con un estudio móvil para grabar a Repetto en su entorno musical.Fueron cinco intensas sesiones hasta el anochecer en el campo Santa Rita - un galpón abandonado donde Cristóbal vivió guitarreadas, asados y otras celebraciones familiares- y en la iglesia del pueblo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR