Reparadores. Guerra contra la obsolescencia programada

"Los años de reparación", ese es el título que Naomi Klein le dio a su conferencia en la Cumbre Inaugural de la Internacional Progresista, el encuentro que reunió virtualmente a líderes políticos, sociales y ambientales. El discurso de la autora de No Logo, realizado en septiembre de este año, fue parte de su extensa reflexión mientras la pandemia del coronavirus continuaba azotando al mundo. La escritora y activista canadiense aludió a un mundo roto, y en él reconoció, principalmente, la necesidad de estrategias para administrar los recursos."Porque si no trabajamos para curar a este planeta, entonces ¿qué estamos haciendo aquí?", interpeló a la audiencia. Y esa pregunta retórica claro que refiere a lo simbólico, pero por sobre todo a lo pragmático, al aquí y ahora.La práctica de reparar, ya sea más o menos analizada antes y después de llevarla a cabo, sin dudas se hizo más visible y necesaria en la pandemia. En el día a día, en cada casa, reparar algo se transformó en un hecho cotidiano que puede estar asociado directamente al no consumo o a consumir menos y mejor. Algo que, indefectiblemente, trae aparejada la necesidad de una modificación en el sistema de producción y la imperiosa atención por el medioambiente.Reparar es algo milenario para los japoneses. Lo hacen a través de la técnica del Kintsugi, que les permite recomponer piezas de cerámica estropeadas con el propósito de volver a utilizarlas. Según la charla online del maestro Takehito Kobayashi -que desarrolló desde Kioto para la embajada de Japón en la Argentina-, este modo de restauración puede tener 10.000 años de historia, aunque, según menciona, el verdadero auge llegó en los últimos 500. Y esto estuvo asociado al período de guerras internas de los nipones por el dominio de la tierra.Cuando alguno se imponía sobre un feudo era muy frecuente que se le ofreciera un recipiente o un cuenco para la ceremonia del té. Esos objetos eran tan valiosos que si se rompían se reparaban con laca y los denominados hilos de oro, a través del Kintsugi.Intercambio solidarioPara occidente, hoy, la reparación empieza a estar más que nada asociada al reverso del descarte. La idea de no tirar, sino de arreglar, es cada vez más frecuente entre personas de todas las edades. En la Argentina, el Club de Reparadores, tal cual lo indica su nombre, es quizás uno de los ejemplos más directos de esta tendencia, que ya empieza a transformarse en una constante. Proponen la reparación para alcanzar el consumo...

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