Se renueva el contrato tácito entre Macri y Cristina

En 2011, cuando consiguió la reelección porteña, recibió una felicitación telefónica. Era , quien, además de agasajarlo, como de costumbre, le explicaba: "Mauricio, de aquí para adelante sólo quedamos vos y yo". Ese contrato tácito, en general incómodo, promete renovarse. Sobre todo, si la ex presidenta corrobora la profecía de sus seguidores y se postula para una senaduría bonaerense.

Al mantener su vigencia, la señora de Kirchner auxilia a Macri frente a su principal problema. Los resultados de su política económica todavía no son todo lo estimulantes que haría falta para que él pueda pedir el voto como un premio por su administración. El Gobierno puede exhibir algunos méritos. La reactivación se viene acentuando trimestre contra trimestre.

Esa mejora ha permitido que, entre agosto pasado y hoy, se hayan recuperado unos 120.000 puestos de trabajo. La misma cantidad que se había destruido entre enero y agosto del año pasado. Según el Estimador Mensual de Actividad Económica, los sectores más dinámicos son la pesca, la construcción, la energía, el negocio bancario y el inmobiliario. La industria manufacturera creció en marzo 2,5%: en ese mes no se registraba un número similar desde 2013. La gran conquista, sin embargo, es el descenso de la inflación. En el Banco Central apuestan a que el índice de mayo sería 1,5%; el de junio, 1,2%, y en julio, tal vez, 1%. Macri comenzó a decir "la inflación es asunto mío" porque pensaba llevar a las elecciones este trofeo. Está cerca de lograrlo.

Este panorama excluye las euforias. La instrucción que emite la Jefatura de Gabinete desde su panóptico para los voceros del Gobierno es no cantar victoria. Cualquier mensaje sobre la vida material debe ir acompañado de un empático "sabemos que hay muchos argentinos que todavía la están pasando mal". Los vaticinios medidos en semestres deben ser reemplazados por "20 años de estabilidad". La máxima excitación estará dada porque "cada día estaremos un poco mejor". Leídas con la parsimonia monacal de Marcos Peña, estas consignas pueden ser narcóticas. Ni revolución productiva ni vamos por todo. El gradualismo es, también, emocional.

La moderación se alimenta en las encuestas. En una de Isonomía, 38% de los consultados cree que el país está peor que el año pasado; 33% cree que está igual, y 29%, que está mejor. Sobre la situación personal, 49% cree que está igual; 38%, peor, y 13%, mejor. La falta de resultados se debería, para un 47%, a que Macri necesita tiempo...

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