Rémoras argentinas

Rémora: pez marino de color gris o negro, cuerpo alargado, aletas largas y escamas pequeñas; se adhiere fuertemente a otros vertebrados acuáticos para ahorrar esfuerzo, alimentándose de sus despojos; es voraz y vive en aguas tropicales.

Desde hace muchas décadas, la República Argentina sufre la proliferación de rémoras, que viven en los intersticios de la sociedad y con sus escamas pequeñas logran protección legal, política y aún cultural, impidiendo su extirpación. Las rémoras, unidas, proclaman que "jamás serán vencidas".

Todas las inconsistencias entre el tipo de cambio, la tasa de interés y el déficit fiscal tienen su causa en las millones de rémoras que bloquean las reformas, el aumento de productividad y, en última instancia, el progreso de la sociedad en su conjunto. Digámoslo ya. No son rémoras quienes necesitan en forma genuina la solidaridad de los demás: los pobres, los ancianos, los excluidos.

El presidente Mauricio Macri advierte que para el cambio profundo no basta estar juntos, ni viajar al exterior, ni licitar autopistas. El cambio requiere enfrentar intereses creados, de dimensiones colosales, por la acumulación geológica de privilegios, prebendas y canonjías que nadie jamás enfrentó. Por el contrario, el deporte nacional ha sido la pesca de rebusques para vivir de los demás. Convertirse en rémoras, con obras públicas, con incisos confusos o con empleos difusos.

Cuando se aproximaba el primer paro general contra su gestión, el Presidente dijo, por primera vez, que "hay mafias en sindicatos, empresarios" y otros sectores. Poco después, el sindicalista Omar Viviani pareció darle la razón cuando instigó a "dar vuelta los taxis" que no se acoplaran a la huelga. El primer mandatario también sentenció: "El Estado no debe ser un aguantadero". Mafias o rémoras, distintos grados del mismo pez marino, que puede ser gris o puede ser negro.

El camionero Pablo Moyano le respondió con ironías, sugiriendo corrupción en el macrismo y que deberían disculparse con Báez. Pero ni él ni su padre han hecho públicas sus declaraciones juradas de impuestos, ni han abierto sus patrimonios para desmentir vínculos con empresas que les son atribuidas a través de testaferros. El sindicalismo maneja cuantiosos fondos públicos y tiene que responder por ellos, al detalle.

Hay rémoras en el Estado, en los sindicatos, en las empresas. El ministro de Cultura de la Nación denunció la existencia de quioscos, maxiquioscos y polirrubros en el Instituto Nacional...

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