La relevancia de una Corte independiente

MINISTROS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION ARGENTINA Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti

No es común que, en el habitual desenvolvimiento institucional de un país, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sea noticia en forma recurrente. Sin embargo, en la convulsionada Argentina en que vivimos, el máximo tribunal fue noticia hace algunos días cuando se produjo la polémica designación de Horacio Rosatti para presidirlo, y dos días atrás cuando se conoció la renuncia de la magistrada Elena Highton. Estos hechos ameritan poner de relieve algunos detalles acerca de la cantidad de miembros que debe tener el tribunal, de quién debe presidirlo y de cómo se cubren las vacantes. La Constitución Nacional, que es la que contempló la existencia de una Corte Suprema de Justicia, no prevé ninguna de las dos primeras cuestiones; sí la tercera.

Con relación a la cantidad de miembros , la primera ley sancionada al respecto fue la Nº 27 de 1862, cuando se conformó por primera vez el máximo tribunal, según la cual se dispuso que debía contar con 5 magistrados. Así fue desde entonces y hasta 1960, año en que se dispuso una cantidad de 7 jueces. En 1966 el Congreso volvió a fijar en 5 la cantidad de magistrados de la Corte, pero en 1990 se elevó a 9, hasta que en 2006 se regresó a la histórica integración de 5 jueces para el Supremo Tribunal.

En cuanto a la presidencia de la Corte, la Constitución nacional la menciona dos veces en su articulado : cuando establece que es a su "presidente" a quien le corresponde presidir el Senado si en el marco del juicio político se analizara la destitución del presidente de la Nación, y cuando dispone que sus miembros deben prestar juramento ante el "presidente" de la misma Corte. Sin embargo la Ley Superior no resuelve quién debe ejercerla ni durante cuánto tiempo.

Por esta omisión constitucional en definir quién preside la Corte Suprema , la práctica entre 1853 y 1930 fue que el presidente de la Nación lo decidía. Cuando en 1930 se produjo el primer golpe de Estado contra Hipólito Yrigoyen, la presidencia del tribunal estaba vacante por el fallecimiento de Antonio Bermejo. Fue así como José Félix Uriburu (presidente golpista) ofreció al Máximo Tribunal la potestad de elegir a su presidente, lo cual fue aceptado por sus miembros por considerar que la práctica que se había generado hasta entonces no reconocía fundamento constitucional.

En este...

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