El relato que corrompe los derechos humanos

La alianza de conveniencia mutua entre el gobierno kirchnerista, que asumió el poder el 25 de mayo de 2003, y varios de los principales organismos de derechos humanos se tradujo, en los hechos, en dinero, subsidios, leyes, presencia mediática y redituables asociaciones. Era el contexto más adecuado para un gobierno que, como en tantos otros asuntos, priorizaba el parecer al hacer, el relato mentiroso a la verdad, alimentando un discurso pensado para proyectarse más allá de la historia, con una carga simbólica capaz de hacer prevalecer y justificar cualquier destino con el dinero de todos. Una auténtica y gigantesca estafa moral basada en el odio y la venganza.

La trayectoria de Enriqueta Estela Barnes de Carlotto es la de una docente jubilada, ama de casa, quien, como presidenta de una institución que transita sus 40 años de vida como "Abuelas de Plaza de Mayo", no ha podido evitar las contradicciones y las polémicas a partir de que el dinero, la ambición y el personalismo militante fueron distorsionando y erosionando el prestigio y la finalidad de muchas organizaciones defensoras de los derechos humanos.

En 2008, consultada sobre las acciones de los militantes del Movimiento Peronista Montoneros, del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de grupos similares que operaban en la década del 70, los calificó elogiosamente de "mártires", negando el amplio abanico de gravísimos delitos que se les comprobaron. Con ese mismo falso y distorsionado idealismo, que tanta sangre derramó en los años de plomo, se refería a su hija desaparecida como integrante de "una generación que dejó la vida y nos dejó la democracia". Paradójicamente en su afán militante salió también con vehemencia a defender al general César Milani negando toda evidencia en su contra.

Alterando también los hechos, cargó contra el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), acusando a esa institución de promover la impunidad para los responsables del terrorismo de Estado cuando, al igual que Abuelas pero en la vereda opuesta, Celtyv defiende los justos pero silenciados derechos de las víctimas inocentes del terrorismo subversivo de aquellos años. Con este mismo espíritu beligerante, no sorprendió que tildara de "disparate" la propuesta pacificadora de la Conferencia Episcopal, que promovía la reconciliación nacional.

"No hay que confundir Abuelas con Madres", señalaba Carlotto, marcando distancia con la agrupación dirigida por Hebe de Bonafini y, al...

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