El reino del revés: los que prefieren no tener aumentos, para ganar más

Parece increíble, pero es real. Quienes trabajan en empresas y están registrados les dicen que no a ascensos y también a aumentos de sueldo. ¿Por qué? El impuesto a las ganancias...

Hagamos un poquito de historia cercana. Hubo un "veranito", de 2003 a 2006, cuando la Argentina volvió a crecer, el empleo privado formal retomó su actividad ocupando la capacidad ociosa de las empresas, había cierta estabilidad y baja inflación. El círculo virtuoso del logro profesional seguido de un posible ascenso y un aumento de sueldo acorde con el mérito se daba normalmente, como debe ser, ya que la motivación es uno de los estímulos más importantes para dar ese "algo más" que hace la diferencia a la hora de trabajar. Pero la ilusión de normalidad duró poco. A partir de 2007 la economía dejó de acompañar el crecimiento profesional cuando la inflación, que en 2006 había sido del 7%, superó el 20%. Empezaron entonces las distorsiones y las políticas salariales que dejaron atrás el reconocimiento a los talentos para concentrarse en evitar, dentro de lo posible, la merma del poder adquisitivo de su gente.

De 2003 a 2015 hubo una inflación (no oficial) del 1415% y los incrementos por paritarias fueron del 1602%. Sin embargo, para los jefes fueron menores en un 32%, ya que se les aumentó un 1217% según los números de la consultora Mercer. En este escenario, se dan paradojas, como empleados que se niegan al ascenso simplemente para seguir dentro de convenio, bajo el paraguas de un sindicato que negocia muy bien su salario.

Pero hay una distorsión más generalizada. Si el mínimo no imponible del impuesto a...

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