Reglas diferentes: el último infiel y otras siete historias del nuevo Código Civil

El primer divorcio exprés, elijan si comparten o no sus bienes, la posibilidad de inscribir a los hijos primero con el apellido de la madre y el del padre después: l trajo cambios a la vida cotidiana de los argentinos. Historias como la de la esposa que concretó su divorcio sin tener que ponerse de acuerdo con su ex; o la de Joaquín, un chico de 14 años que se presentó en Tribunales con su propia abogada para pedir que la Justicia no demore más en resolver si la familia con la que vive desde hace diez años lo puede adoptar; o la del hombre que se convirtió en el último infiel argentino, ya que fue encontrado culpable de la ruptura matrimonial a causa de su infidelidad, justo antes de que ese artículo desapareciera de la legislación local.

, como la que protagonizó Romina Suárez, estudiante de Derecho, que tuvo que tragarse los más de 5000 artículos del Código de Vélez Sarsfield, cuatro días antes de que dejara de regir. Lucas Arrimada, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires y docente de posgrado que dicta cursos en las cortes supremas provinciales sobre el nuevo Código, organizó una fiesta de despedida para el viejo Código en la que el centro de mesa fue el Código con una flor encima a modo de réquiem.

EL ÚLTIMO INFIEL

Es uno de los principales cambios del nuevo Código: la infidelidad desaparece como causa de divorcio. Y en el nuevo texto se habla de que los esposos se tienen mutuamente el deber moral de fidelidad. No cabría ya una demanda contra el otro por adulterio. Sin embargo, hubo jueces que siguieron aplicando hasta último momento la legislación anterior. Así ocurrió en el caso de un hombre que será conocido en la legislación argentina como el último infiel. El 31 de agosto se conoció una sentencia en la que la Sala D de la Cámara Civil decretó un divorcio vincular por "la culpa exclusiva del esposo", ya que durante el juicio se acreditó que el hombre tenía una relación extramatrimonial, actitud que para el viejo Código resultaba incompatible con los deberes conyugales.

EL CHICO QUE PIDIÓ SU PROPIA ADOPCIÓN

Joaquín Miranda tiene 14 años y toda una vida en pausa. "Estoy cansado de esperar", dice. Desde hace once años vive con Enrique Farre y Nancy Giraudo, sus "padres adoptivos". La pareja tiene la guarda transitoria de Joaquín desde que un juzgado decretó que su madre no puede criarlo. Hasta los cuatro años, el chico vivió con la abuela, pero la mujer enfermó de cáncer y murió. Poco después, tras pasar...

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