Regiones para un federalismo equilibrado

AutorRoberto Dromi
Páginas299-317

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La globalización -contrariamente a lo que un análisis superficial podría sugerir- ha otorgado a lo local un rol protagónico en la redefinición de la identidad de las naciones y, consecuentemente, en su matriz productiva de bienes y servicios materiales y culturales.

En este marco se inscribe la importancia de la regionalización, proceso consistente en la creación de entidades intermedias entre los Estados nacionales y los subnacionales (provincias), que constituye una opción ejercida cada vez con mayor frecuencia en países de mediana y gran extensión para lograr el máximo desarrollo posible y competir en condiciones de igualdad, hacia adentro y hacia afuera.

Así, al mismo tiempo que la globalización produce la eliminación virtual de las fronteras también se genera una recuperación de la dimensión territorial, tanto en el plano teórico como en las políticas de Estado y el planeamiento empresarial y la región es "redescubierta" como una importante fuente de ventajas económicas y sociales1. Page 300

La conformación de la región posible y necesaria no va en perjuicio y menoscabo del poder político provincial. Por el contrario, la regionalización es la integración interprovincial fundada en la coordinación de esfuerzos en procura de intereses y beneficios comunes.

El verdadero regionalismo no es yuxtaposición; es previsión, consenso, estrategia, ausencia de contradicciones, oportunidad y concientización, establecidos sobre estructuras provinciales sólidas y autónomas.

Concebimos a la región sólo como una entidad económica y social, con personería jurídica, a la que se le transfieren las competencias delegadas de la Nación y reservadas de las provincias en materia económica y social2.

La región, como forma de organización política y económica, facilita la planificación de un espacio compartido con estructuras de producción similares, la existencia predominante de los mismos recursos naturales, distribuciones ocupacionales semejantes, por lo cual configura un instrumento idóneo para la búsqueda de un desarrollo regional sustentable. Page 301

Así, desde un punto de vista económico no es casual la ocurrencia de numerosos intentos de regionalizar la Argentina, desde la época del Virreinato3.

Los constituyentes de 1994 optaron por darle a la regionalización un marco jurídico en la Constitución nacional4.

Hasta el momento, en la Argentina, se han conformado las siguientes regiones: Patagónica (1996), Nuevo Cuyo (1998), Centro (1998-99) y Norte Grande (1999).

Por su parte, la provincia de Buenos Aires y la ciudad autónoma de Buenos Aires son los dos únicos distritos que hasta el momento no se han integrado en una región; sin embargo, es frecuente su consideración como una unidad regional, en la medida en que conforma un bloque de hecho en numerosos aspectos de su gestión.

La Patagonia es, antes que una realidad económica, una región nítidamente definida desde los ángulos geográfico, histórico y demográfico. En consecuencia, la constitución de una región que aglutinase a las cinco provincias al sur del río Colorado fue un lógico eslabón del proceso de regionalización reimpulsado por la reforma constitucional de 1994. Una sexta provincia, La Pampa, decidió unirse a este emprendimiento común sobre la base de su cercanía geo- Page 302 gráfica, sus coincidencias históricas y sus intereses compartidos5.

Las provincias del norte argentino han sido tradicionalmente agrupadas en dos grandes regiones geográficas y culturales: el Noroeste Argentino (comúnmente abreviado NOA), comprensivo de Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán, por una parte; y por la otra, el Noreste Argentino (NEA), integrado por Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones.

Luego de repetidos intentos por regionalizar por separado estas dos grandes áreas del país, en febrero de 1998 se decidió constituir, por iniciativa de los gobiernos de Chaco y Corrientes, una Comisión Ejecutiva Interministerial de Integración Regional (CEIIR) que incluyó representantes de las nueve provincias norteñas, con el objeto de identificar sus intereses comunes6. Page 303

El centro-este del país registra tempranos antecedentes de regionalización7.

Córdoba y Santa Fe crearon la Región Centro a través de la firma del Tratado de Integración Regional8. Entre Ríos se unió a la región después.

La Región de Cuyo, se constituyó con las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis, a las que se sumó por razones económicas y geográficas la provincia de La Rioja, firmando el Tratado de Integración Económica del Nuevo Cuyo9.

Respecto de las inversiones10, la región no formal bonaerense entre parte de la provincia de Buenos Aires y la ciu- Page 304dad de Buenos Aires es la que recibe el mayor flujo de inversiones, captando en el año 2005 unos 3.305 millones de dólares, lo que representa el 48% del total. La siguen en importancia la región Patagónica (22%) y la región Centro (18%). Por último, y con valores bastante menores se ubican la región Nuevo Cuyo (8%) y la región Norte Grande (4%). Esta situación encuentra su justificación en que el área bonaerense cuenta con factores atractivos como son el elevado desarrollo del sistema financiero, la existencia de infraestructura fundamental para las empresas, principalmente el puerto, la presencia de redes de proveedores de insumos, la mano de obra calificada, etc. En la región Patagónica, la importancia de la industria de los hidrocarburos y las actividades extractivas (intensivas en capital) hacen que la zona absorba importantes fondos.

Por lo expuesto, la región aparece, ante gobiernos y ciudadanos, como una de las más valiosas alternativas actuales para salvaguardar a las provincias, siempre que su implementación responda a las necesidades y a los recursos reales de los Estados locales. La herramienta regional debe subsanar los desequilibrios, no ahondarlos.

La sola declamación política no sólo no sirve a la hora de proveer al desarrollo integral de provincias y habitantes; por el contrario, en la medida en que se tomen decisiones Page 305 erradas y se creen grandes estructuras administrativas, la creación de regiones puede configurar una nueva carga que deban enfrentar los mismos presupuestos provinciales.

Planificación y gestión son por ende fundamentales para el éxito de este proceso, que precisa de la implementación de las siguientes medidas regionales: Crear cadenas de valor, clusters y redes, implementar programas de capacitación, coordinar políticas, propiciar la creación de instituciones regionales, crear un Fondo de Desarrollo Productivo y Social Regional, fijar una política de asociación de municipios y crear agencias de desarrollo por regiones.

1. Coordinar las políticas regionales

La regionalización reconoce una causa económica en la necesidad presupuestaria y fiscal de racionalizar el gasto público económico y social y, por ende, en la de homogeneizar las medidas políticas de desarrollo económico-social.

En efecto, la regionalización se vuelve imperativa en tanto constituye el instrumento idóneo para llevar adelante un desarrollo armónico y equilibrado, sin brechas ni disociaciones entre las distintas regiones y las provincias que componen la Nación.

Las regiones para el desarrollo económico y social deberán, a raíz de lo delegado y lo reservado en asuntos económico-sociales, entender en materia de policía económica, recursos naturales, energía e hidrocarburos, organismos de seguridad social, cláusula del nuevo progreso, ambiente y transporte y comercio interprovincial.

Pero, para ello, las provincias integrantes de una región deben, previamente, armonizar sus políticas. Page 306

Así, por caso, las distintas provincias no han unificado criterios en materia tributaria, tanto en la definición de los hechos imponibles como en las alícuotas aplicables, lo que deja traslucir una escasa voluntad política de unificar políticas, al tiempo que mantiene una competencia mal entendida por la radicación de inversiones11.

Por su parte, diversas políticas de fomento iniciadas en tiempos pasados por el gobierno nacional, como en el caso de los regímenes de promoción industrial, han generado la coexistencia en el seno de una misma región de legislación diversa, muchas veces incompatible con la implementación de proyectos productivos unificados en...

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