Reforma judicial federal. Lo bueno, lo malo y lo feo

AutorJuan F. Armagnague
Páginas1-9
Armagnague, Reforma judicial federal. Lo bueno, lo malo y lo feo
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Reforma judicial federal.
Lo bueno, lo malo y lo feo*
Por Juan F. Armagnague
1. Introducción
En la década de 1970, un western se intituló “El bueno, el malo y el feo”. Ha-
ciendo una analogía entre el mencionado filme y la actualidad judicial federal argen-
tina, nos proponemos señalar qué es lo bueno, qué es lo malo y qué es lo feo en la
reforma judicial federal de nuestro país.
2. Lo bueno en las reformas judiciales
El 30 de octubre de 1983 los argentinos votaron en favor del candidato de la
Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín. De este modo, la ciudadanía marcó el límite con
la anterior dictadura militar, reclamaron que se aclare el tema de los desaparecidos y
exigieron el cumplimiento de la ley.
Ya como presidente de la Nación, el doctor Raúl Alfonsín ordenó la investiga-
ción de los líderes de la guerrilla, de los integrantes de las tres primeras juntas militares
a las que consideraba como responsables de crímenes masivos y creó la Comisión
Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep) para recibir denuncias y escla-
recer el pasado reciente.
A la vez, ofreció la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a
su circunstancial adversario en las elecciones del 30 de octubre, Ítalo Luder, quien
declinó a tan alto cargo.
Como integrantes del alto tribunal, fueron designados jueces de elevada con-
ducta moral y de prestigio intelectual que le otorgaron a la Corte, un prestigio que
trascendió las fronteras del país.
Cumpliendo con su promesa electoral, Raúl Alfonsín remitió al Congreso de la
Nación un proyecto de ley para declarar nula la “autoamnistía”, la que fue declarada
el día 22 de diciembre de 1983.
Por su parte, la Conadep el 20 de septiembre de 1984 hizo entrega a Raúl
Alfonsín y que tuvo como frontispicio la frase, atribuida al escritor Ernesto Sábato que
“Durante la década del 70, la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía
tanto de la extrema derecha como la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en
muchos otros países”. Agregaba el informe que, en el caso de Italia, azotada por el
secuestro de Aldo Moro, en esa oportunidad un jefe militar italiano le propuso al ge-
neral Della Chiesa, torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con
memorables palabras: “Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio,
implantar la tortura”.
* Bibliografía recomendada.

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