Se redibuja el mapa de las organizaciones sociales

La discusión sobre la ley de emergencia social que promueven la CGT y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que reúne a informales y desocupados, está poniendo en evidencia la reconfiguración en el campo de las organizaciones sociales.

No sólo deja ver distintas interpretaciones de la derrota kirchnerista. También desnuda un conflicto respecto de la legitimidad de Mauricio Macri. Y sugiere los alineamientos de esas agrupaciones en la disputa electoral del año próximo.

La movilización del viernes pasado reflejó este nuevo juego. El número de manifestantes fue modesto.

Sobre todo porque los intendentes del conurbano se quedaron quietos. El sentido de la marcha fue presionar al Gobierno, aprovechando el temor a que antes de las Fiestas haya manifestaciones violentas de malestar social. Muy comprensible en un país con 32% de pobreza y 6% de indigencia. Pero la presión es negociada. Los organizadores reciben recursos estatales de varios ministerios. Además, las prestaciones sociales tuvieron en 2016 un incremento superior al de los cinco años anteriores. En comparación con 2015, el número total de beneficios se habrá incrementado en 2,3% y el de la Asignación Universal por Hijo (AUH), en 8,4%.

Como durante los 12 años de dominio kirchnerista, las estadísticas siguen sin ser un criterio para explicar la realidad. Sólo que el "relato" pasó a la oposición. Por lo tanto, aunque su política social sea mejor que la de su antecesora, Macri está condenado a encarnar el rol de presidente insensible que le asignan sus rivales, en sintonía con el imaginario popular. Es natural: además de no ser peronista, es rico. Con las mismas premisas, Cristina Kirchner fue una heroína de la distribución del ingreso, aun cuando dejó un país con 30% de pobreza. El jueves, en Diputados, se volverá a representar la escena. Las organizaciones sociales presionarán para que se trate sobre tablas la ley de emergencia social de Juan Manuel Abal Medina y Jaime Linares, aprobada en el Senado.

La ley está plagada de inconsistencias. En su artículo 2 exige al Gobierno "la creación de un millón de puestos de trabajo". Hay que aplaudir que el Frente para la Victoria quiera financiarlo con un tributo al juego. Durante 12 años de gestión, no sólo no gravó las apuestas con nuevos impuestos. Ni siquiera cobraba los que ya existían. Ricardo Echegaray financió el imperio de Cristóbal López con contribuciones cedidas por la AFIP.

Hay más curiosidades. La invención...

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