Recuerdos del ayer

LONDRES.? El hedor a humedad que emana de los jardines de Brompton, las tumbas a metros nomás, detrás de ladrillos gastados por los años y rejas negras castigadas por la herrumbre, son la extraña bienvenida al Earls Court, el estadio que está cruzando la calle Old Brompton Road, justo enfrente del cementerio. En esa cancha con capacidad para 14.000 personas (ayer estuvo ocupado por casi unas 12.000), se efectuó el debut argentino en el certamen de voleibol.Fue un triunfo sencillo por 3-0 (25-21, 25-22 y 25-20), pero fundamentalmente un partido con muchas particularidades. Para empezar, esta joven generación de voleibol hizo su debut olímpico con mucha solvencia. Pero el encuentro dejó, además, innumerables reminiscencias de la gesta argentina en Seúl 88, cuando nuestro seleccionado ganó la medalla de bronce.Ayer, con la celeste y blanca se movió por la cancha la descendencia de aquellos héroes. Estuvieron presentes en el encuentro inaugural Facundo Conte (hijo de Hugo), Nicolás Uriarte (hijo de Jon), Iván Castellani (hijo de Daniel) y Rodrigo Quiroga (sobrino de Raúl). Pero, además, en los bancos hubo dos integrantes de aquel equipo: Javier Weber, en la Argentina, y Jon Uriarte, en Australia.Ese frente a frente también es muy importante para nuestro país. Desde el primer punto, Javier Weber, fiel a su estilo, estuvo parado, nervioso, caminando de un lado a otro por la línea punteada reglamentaria que le pone límite. Mientras que Jon Uriarte, el coach australiano, tal su costumbre, estuvo sentado atrás, en su banco, mucho más tranquilo para ver el encuentro y dar indicaciones en los tiempos de descanso. Vale recordar que Uriarte fue el encargado de comenzar todo el proceso de recambio de la selección argentina que luego completaría Weber. Uriarte no logró la clasificación olímpica para Pekín 08; Weber sí lo hizo para Londres 2012.El duelo padre/hijo fue otra de las rarezas. Tanto que llamó por igual la atención de la prensa argentina como de la australiana. "I?m so so happy", les explicaba Jon a los periodistas de Australia después de perder un partido por 3-0. Claro, en realidad, estaba hablando como padre y por el orgullo que siente por la oportunidad que le toca vivir a su hijo."Es la primera vez que me piden una nota junto con el entrenador rival", bromeó Nicolás Uriarte, que apenas entró en el segundo set para hacer un saque: "Ojalá que mi papá no haya querido que lo erre", sonrió. Y reconoció que justo antes del comienzo del partido cruzó miradas con...

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