Recuerdo de Monica, la divina Monica

Desde la isla de Panarea, en Sicilia, en una película sin fin como La invención de Morel y en un diluido blanco y negro, ella nos dedica una mirada de ojos entornados. Hermosa presencia, pero fantasmal. Es Monica Vitti, la divina Monica, de quien en la realidad queda bastante poco. O, quizá, nada.

Ocurre que el próximo viernes la gran actriz italiana cumplirá años (nació el 3 de noviembre de 1931) y, como ya ocurrió en oportunidades anteriores, no lo celebrará. Está alojada en algún lugar de Suiza de cuyo nombre no quiero ni enterarme; no recibe gente ni está en condiciones de celebrar nada. En una entrevista en Il Fatto Quotidiano, el cantautor Renzo Arbore contó, conmovido, el episodio por el cual hace unos años se dio cuenta de la enfermedad parecida al Alzheimer que estaba consumiendo a esta mujer, otrora adorada, actriz de versatilidad y seducción como hubo pocas en el cine italiano.

En la última edición de la Mostra de Venecia le rindieron homenaje y proyectaron El desierto rojo, que fue el primer film en color de Michelangelo Antonioni y que, en 1964, allí mismo, se había alzado con el León de Oro. Otros títulos revelaron, también, su condición de musa inspiradora de Antonioni (La aventura, que se filmó en Panarea, El eclipse y La noche), siempre en clave dramática. Pero Monica dio muestras de otra vena, incluso de un excepcional talento para el music hall: fue la increíble Ninì Tirabusciò, la donna che inventò la mossa, esto es, la ingenua que en 1900 inventó el sensual meneo de caderas. Por si nunca la vieron, esos registros pueden encontrarse en YouTube.

Su nombre original: Maria Luisa Ceciarelli. La conocí en 1984 en el Festival de Karlovy Vary, y me conmovió cuando me tomó del hombro y le dijo a la gente, con esa gracia chispeante tan de ella: "Ecco il mio amico argentino...!". Había llegado a la entonces Checoslovaquia con su pareja; se llamaba Roberto, y al parecer sigue a su lado. Desde 2002, en que asistió a un estreno teatral, Monica no se dejó ver más. Excepción hecha, precisamente, de su marido, Roberto Russo, el fotógrafo que la dirigió en varios films y con quien se...