Para el Estado, Recalde dejó a Aerolíneas cerca de la quiebra y no aprobó su gestión

Para quienes seguían los últimos movimientos de los actuales ejecutivos de Aerolíneas Argentinas, lo que sucedió ayer fue casi un voto cantado.

El Estado, socio mayoritario de la línea aérea, no aprobó la gestión de Mariano Recalde ni la de los directores que lo acompañaron en 2014 y 2015, aunque sí los balances de esos años. Los representantes oficiales concluyeron que la gestión "colocó a la compañía dentro de las causales de disolución". Dicho de otra forma, quedó al borde de la quiebra. Con el uso de esta figura, se abrió la puerta para eventuales juicios patrimoniales a los exejecutivos.

Ahora será decisión de los socios iniciar eventuales contiendas que podrían terminar en enormes demandas para recuperar los daños producidos por Recalde y los directores Gustavo Simeonoff y Jorge Mateos.

La decisión se tomó ayer por la mañana en las oficinas de la aerolínea en el aeroparque porteño. Allí, los representantes de los socios, el Estado y los empleados, a través del programa de participación (PPP), trataron los balances de esos dos períodos. El socio mayoritario rechazó la gestión y aprobó el balance. La fórmula de los trabajadores fue algo más benévola con Recalde: se abstuvieron en ambas mociones.

La posición de los gremios no estuvo exenta de debate dentro de las organizaciones. Sucede que en el interior de los gremios hay al menos dos que están mucho más identificados con el kirchnerismo. Y obviamente no querían cuestionar al ahora legislador porteño. Pero no hubo caso: por más voluntad política que tuvieran optaron por quedarse en el medio con la abstención.

Estos balances eran los únicos pendientes de ser convalidados por el órgano superior de la sociedad. Con los anteriores, Recalde no tuvo problema, pasaron por el tamiz del socio controlante. Pero aquellos sillones donde se sentaban sus padrinos políticos ahora están ocupados por otros funcionarios.

Los argumentos de la decisión permiten inferir que vendrán reclamos. La asamblea concluyó que el directorio “ha identificado deficiencias en los sistemas de información y control” que impidieron validar la existencia de repuestos y bienes rotables. Además, se habló de los subsidios, contablemente las pérdidas. Los números delatan una pérdida neta del ejercicio 2015 de $6487 millones, más un déficit de capital de trabajo de $2781 millones. “Todo ello derivando en un patrimonio neto negativo que colocó a la sociedad en los causales de disolución”, argumentó el Estado.

“Es falso que la...

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